El técnico del ATB, Jordi Roger, y el del Poblense, Óscar Troya. | Teresa Ayuga

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El domingo a las 12:00, cuando el balón eche a rodar, todo puede ser muy diferente, pero las risas y una atmósfera de compañerismo y cordialidad marcan el encuentro del técnico del Atlético Baleares, Jordi Roger, y el del Poblense, Óscar Troya, sobre el césped del Estadi Balear, que se prepara para revivir un clásico del fútbol balear diez años después de su último episodio en Tercera y más de tres décadas después en Segunda B.

Los inquilinos de los banquillos comparten las ganas y la ilusión de vivir un duelo especial para el fútbol mallorquín. Los elogios cruzados impregnan el discurso de dos entrenadores que ven en el partido una buena oportunidad para materializar su progresión y cargarse de puntos y confianza antes del parón liguero.

Trayectorias

«Llegamos con ganas e ilusión tras una victoria que necesitábamos para creer en lo que hacíamos, porque veníamos de hacer buenos partidos en los que no conseguimos los puntos que merecimos», explica Jordi Roger sobre el momento que atraviesan los blanquiazules antes de enfrentarse al Poblense. Del lado azulgrana sale otra reflexión similar. «Estamos mejor de sensaciones que de puntos, porque estamos jugando a un buen nivel y mereciendo más en todos los partidos», relata Troya. El Atlètic rompió ante Las Rozas una racha de cinco jornadas sin ganar, mientras que el Poblense atrapó su segundo empate consecutivo en su visita al Navalcarnero y los dos equipos lograron cerrar sus porterías, un aspecto capital para acercarse a sus respectivos objetivos.

Coincide también en buena medida la opinión de los dos preparadores sobre su adversario. Los halagos hacia el contrincante y el respeto por el potencial del rival queda al descubierto en su discurso. «Sin duda el Poblense tiene más juego que resultados, es un equipo que me gusta mucho. Se conocen de memoria y están compitiendo muy bien porque siempre están más cerca de ganar que de perder», analiza Jordi Roger, que subraya de los visitantes «la velocidad que tienen arriba y un mediocampo al que le gusta jugar». «No tendrá problemas para salvarse», resume.

Análisis

«Del ATB me gusta todo. Está claro que es un equipo con la exigencia alta en el que han cambiado muchos jugadores y el cuerpo técnico, pero en esta adaptación, saben a lo que juegan y tanto individual como colectivamente me parece un conjunto muy bueno y que va a estar arriba», comenta Troya.

¿Si los dos equipos están tan bien qué les falta? Los dos técnicos creen que están en la línea adecuada, aunque no esquivan la autocrítica y aluden a los caprichos del fútbol para dar respuestas a los défiticis de los suyos. «Generamos mucho en todos los partidos, pero hemos encajado demasiados goles y es algo que tenemos que mejorar, el fútbol es de áreas y las tenemos que dominar siendo más contundentes», argumenta Jordi Roger, que destaca en el análisis el parón obligado por el coronavirus y el posterior peaje físico. «Nos gusta atacar y robar arriba y a veces no toca ir a la presión para estar más juntos, hacer repliegue y recuperar para tener más consistencia defensiva. Nos han marcado con poco», dice.

Óscar Troya observa que con el rendimiento ofrecido hasta el momento «nos tendría que haber dado para ganar un partido». «Además de la fase ofensiva en la que generamos mucho, también generamos más que el rival y eso significa que defendemos bien; no hay que obsesionarse pensando que nos falta algo, porque esto es fútbol y a veces es caprichoso. A lo mejor el día que no estemos tan bien llegan los tres puntos y cuanto antes lleguen mejor», reflexiona el preparador palmesano.

Tranquilidad

El Poblense, que es séptimo con cinco puntos y ocupa las plazas que obligan a disputar la fase por la permanencia, vive su particular lucha por salir de la zona baja. Troya destaca el «excelente nivel» que hay en el grupo 5A. «Todos los equipos han hecho presupuestos y equipos para estar arriba y así te lo manifiestan», apunta al ser cuestionado sobre su visión de la liga.

Por su parte, el Atlético, con nueve unidades en su casillero y a tres de la frontera de los puestos que pemiten pelear por el ascenso, siente una mayor obligación. «Sabía donde venía y que la presión existía porque el club viene de ser campeón dos años seguidos, así que cualquier cosa que no sea ganar parece que lo hagas todo mal, pero tenemos que estar tranquilos y es importante que los nervios no se trasladen al equipo porque estamos trabajando bien y con la oportunidad de encadenar un buen resultado para estar en buena disposición en las vacaciones», explica Jordi Roger, que no ha sentido presión por parte de la propiedad tras la racha negativa de resultados. «Me han trasladado mucha tranquilidad e incluso la semana pasada hablamos de cara a Navidad y del futuro», añade.

Se vieron las caras en la pretemporada con victoria para el Poblense (2-0), aunque aquella referencia no les sirva de mucho. El domingo celebran forma parte de un partido especial, de una fiesta del fútbol mallorquín que para que sea completa echara de menos normalidad en la grada.