El centrocampista del Atlético Baleares Alberto Villapalos controla un balón durante el partido disputado ante el Langreo en el Estadi Balear. | Miquel Àngel Borràs

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El Atlético Baleares vive este domingo (12:00/página web de IB3) un test de fiabilidad en el Estadi Balear. El Rayo Majadahonda pone a prueba a los hombres de Manix Mandiola, que se aferran a su fortaleza como locales para redimirse de su derrota en Las Palmas y paliar su mala racha a domicilio. En juego están tres puntos muy valiosos para distanciar a un rival directo, cargarse de confianza y tratar de quedarse solo en cima que actualmente ocupa el Atlético B.

Las ausencias vuelven a condicionar la pizarra de Manix Mandiola, que no puede contar con hombres importantes en sus esquemas como el central Pedro Orfila, que cumple un partido de sanción por acumulación de cartulinas, y los centrocampistas Jorge Ortiz y Marc Rovirola, que no se han recuperado a tiempo. Sí entra en la convocatoria Luca Ferrone, aunque todo apunta empezará en el banquillo teniendo en cuenta el buen rendimiento de San Emeterio y su falta de rodaje tras caer lesionado en la eliminatoria de Copa ante Unionistas.

La principal incógnita reside en la parcela ofensiva, donde hasta última hora se disputan un puesto Alberto Gil y Arturo Rodríguez. El primero ha trazado una trayectoria al alza en la segunda vuelta y su gol la pasada jornada puede abrirle las puertas de la titularidad para interpretar el rol de Jorge Ortiz en la banda izquierda. Si finalmente la apuesta es el segundo, Mandiola reeditaría la formación con dos puntas de su último partido en casa e Iturraspe caería en la banda.

En el banquillo las principles novedades serán el central Óscar Gil, que apenas ha completado un par de sesiones con el equipo, y Tomás Barroso, que ha sido citado del filial para completar una convocatoria con un total de 17 efectivos.

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La efectividad de cara a la portería rival que ha lastrado la marcha blanquiazul como visitante no ha sido un problema cuando le ha tocado jugar ante su afición. Los balearicos, que acumulan diez victorias y un empate en los diez compromisos ligueros disputados en Palma, quieren combinar la pegada que han acreditrado como locales con la solidez defensiva que se ha resquebrajado en sus últimos duelos después de cuatro partidos consecutivos encajando.

La necesidad de ambos contendientes invita a un partido con un ritmo bajo. El ATB quiere ofrecer una buena respuesta ante uno de los grandes rivales a pelear por el ascenso tras las dudas que han suscitado sus dificultades a domicilio, mientras que los majariegos no pueden permitirse un tropiezo si quieren seguir en la pelea por la primera posición.

El Rayo Majadahonda encara el partido tras ceder en otro pulso de altura ante la Unión Deportiva Ibiza, que salió airoso de su visita a tierras madrileñas. Los de Julián Calero cayeron de las plazas que dan acceso a las eliminatorias de ascenso e inician el partido a 12 puntos del Atlético de Madrid B y el Atlètic Baleares, por lo que las urgencias también pueden hacer mella en su puesta en escena.

El planteamiento majariego pasa por una defensa de tres centrales ante la que los blanquiazules tendrán que tener paciencia y una buena circulación de balón para fabricar grietas. Los centímetros y el oficio de su zaga minimizaran el efecto del juego directo que puedan proponer los de Mandiola, que tendrán que recurrir a la habilidad por las bandas y a las incursiones de los laterales para generar amenazas.