El capitán del Atlético Baleares, Francesc Fullana, saluda al público de Son Malferit tras la victoria conseguida ante el Cornellà. | Jordi Garcia

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Son Malferit se prepara este domingo (18:00/IB3) para celebrar el campeonato del grupo tercero del Atlético Baleares, que quiere aprovechar la segunda oportunidad que se le presenta para reclamar su corona a falta de una jornada. Es la hora del título para los blanquiazules, que reciben a un Lleida que apura sus opciones de disputar el playoff con el objetivo de sumar tres puntos que blinden su primera posición antes de enfrentarse en la última jornada al Hércules.

La ventaja de cinco puntos al frente de la tabla con seis por disputarse deja a los balearicos en buena disposición para abrazar el título ante su gente, pero se ha convertido en prioridad amarrarlo para evitar nervios de última hora. Los de Manix Mandiola saben que ganando no tienen que preocuparse por nada más, mientras que en caso de no hacerlo tendrán que estar pendientes del Miniestadi, donde el Barcelona B recibe al Hércules.

El Atlético Baleares será campeón firmando el mismo resultado que los de Lluís Planagumà ante el filial culé, que se encuentra en una situación idéntica al Lleida, ya que necesita los tres puntos para seguir optando a la cota de 59 puntos que se presume como la última esperanza de alcanzar la cuarta plaza que actualmente está en manos del Espanyol B.

Las prestaciones de la segunda vuelta y la fiabilidad mostrada en Son Malferit son los argumentos que esgrime el Atlético Baleares para hacer frente al último rival que consiguió batirle. Desde que cayeran en su visita al Camp d’Esports en el último partido de 2018, los blanquiazules han enlazado 18 jornadas sin conocer la derrota y ahora quiere mantener la dinámica que les ha llevado a doblegar al grueso de aspirantes a playoff.

Con el título cerca pero sin estar aún en el zurrón, Manix Mandiola, que tiene a todos sus hombres disponibles, apostará por su equipo de gala. No hay margen para las concesiones hasta que el campeonato esté garantizado y el técnico vasco prevé dar continuidad a la formación que prácticamente se puede recitar de memoria en los compromisos en Son Malferit. De nuevo las dimensiones y condiciones del feudo balearico juegan a favor del Atlético Baleares ante un rival habituado a un terreno de juego más grandes y con césped natural.

El jugador número doce también cobrará su protagonismo, ya que se espera un lleno en las gradas. De hecho, el club ya ha advertido que hasta un cuarto de hora antes del inicio del partido no decidirá si reabre las taquillas para poner a la venta las pocas localidades que queden libres. Las puertas se abrirán a las 16:30 después de que la afición reciba al equipo, que tiene previsto llegar a Son Malferit alrededor de las 16:15.

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La ocasión invita a la celebración siete años después de que el Atlético Baleares conquistara su único título del grupo tercero de Segunda B. El conjunto por entonces dirigido por Gustavo Siviero se aseguró la primera posición en la antepenúltima jornada ganando al Teruel, por lo que los balearicos tienen hoy ganas de festejar una conquista que supone una gran ventaja a la hora de afrontar la carrera por el ascenso a Segunda División.

Para el Lleida se trata de una final, ya que en la última jornada tiene los tres puntos asegurados sin jugar al estar emparejado con el Ontinyent. Las cuentas del conjunto catalán pasan por ganar en Palma y acumular 59 puntos para esperar que fallen Espanyol B, el Cornellà y el Barcelona B.

El técnico Juan Carlos Oliva no puede contar con Mousa Bandeh, que cumple un partido de sanción por acumulación de cartulinas, y ha advertido a los suyos de que están en la obligación de llevarse los tres puntos. Los de la terra ferma no quieren lamentarse en la última jornada de no haber cumplido con su parte si sus rivales fallan mientras ellos descansan.

La semana del conjunto catalán ha estado marcada por el castigo a su jugador Chemi, que viajó a Liverpool sin permiso para asistir al encuentro de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. El centrocampista ha entrado finalmente en la convocatoria tras serle aplicado el reglamento interno.

Las principales amenazas del Lleida son Pedro Martín y Juanto Ortuño, que pese haber descendido su nivel de acierto han acreditado su pegada. No en vano el primero es el máximo artillero de la liga y el segundo es el tercero que más dianas ha logrado.

En cualquier caso, el estado de ánimo del Lleida tampoco es el óptimo teniendo en cuenta la derrota en el tiempo de descuento de la pasada jornada ante el Barça B que le ha dejado pendiente de una carambola para ser cuarto tras haber dominado la clasificación durante parte del curso.