Álex, a la izquierda, junto a su hermano Xisco. El menor milita en el San Francisco División de Honor y el mayor lo hace en el ATB. | Miquel Alzamora

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El fútbol suele dar casi siempre una segunda oportunidad, aunque no es habitual que la regale. Hay que buscarla, desearla, soñarla, trabajársela y hacerlo con inteligencia. Xisco Hernández Marcos (Palma, 1989) es jugador del Atlètic Balears y uno de esos futbolistas especiales, comprometido con su profesión, es decir, de esos profesionales que suele jugar tres partidos en uno: el que visualiza la noche antes, el que juega los domingos y que una vez terminado revive otra vez en su cabeza para tomar nota de cómo mejorar en el próximo. Debutó en el primer equipo del Mallorca un 13 de diciembre de 2011. Fue un partido de Copa ante el Sporting y Caparrós le sustituyó en el 81. Camino del banquillo levantó la cabeza hacia la grada y vio a su familia. «Nunca olvidaré ese momento», relata Xisco. Ultima Hora cita al ahora jugador del ATB y a su hermano pequeño, Alex (Palma, 1995) jugador del San Francisco Juvenil y que cursa estudios en el IES Joan Maria Thomàs y que sigue los pasos del mediapunta del Atlètic. Xisco se inició en el Son Oliva, de ahí al Mallorca pasando por el Elche, Puertollano, su vuelta al club rojillo, Lleida y ahora Atlètic Balears.


En el campo es dinámico, vertical, generoso, rápido y solidario. Tiene carácter, gol y pegada y es un lujo para el ATB y para la Segunda B. Fuera del césped es reflexivo, escucha con esa mirada lenta con la que calibra cada respuesta. Habla maravillas de su hermano menor. «Le veo jugar y me veo a mí en casi todo». Álex no esconde su admiración por Xisco. «Es mi referente, soy imparcial al al hablar de él, pero no escondo mi opinión y para mí es un ejemplo en todo», subraya el jugador del San Francisco. Álex compartió vestuario con Marco Asensio, la gran ilusión del mallorquinismo. Él sigue aprendiendo, pero tiene genes de gran futbolista, como también los tiene su hermano.

Xisco ha recuperado su mejor versión en el Atlètic y ha sido aquí, entre los suyos, su familia y sus amigos donde ha reforzado toda su confianza. «El Atlètic es una familia, todos, el club, los compañeros y Nico [el entrenador], que es muy auténtico», asegura. Oírle hablar del vestuario y de sus compañeros es entender el secreto del éxito esta temporada. «Hay mucha experiencia», destaca. Y se refiere con admiración a compañeros como Mairata, Esteban, Joan Vich, del que dice que es «el corazón del equipo». Y así los nombra prácticamente uno a uno porque todos aportan su grano de fuerza para hacer del Atlètic un equipo sorprendente.

Recuerdos

Xisco mira al futuro que le depara el fútbol sin olvidar el pasado. Se acuerda de Clemente Marín, el ‘cazatalentos’ que vio en él a un futbolista especial: de Manolo Molina y Santi Miralles, dos técnicos con los que coincidió en el Mallorca y del que Xisco asegura que «aprendí mucho de ellos». Agradece a Toni Prats y al Mallorca los años que pudo defender esa camiseta y tiene un recuerdo para Quique Buendía, un entrenador que desgraciadamente ya no está entre nosotros, pero que siempre permanence vivo en la memoria de Xisco porque fue un técnico que siempre confió en él. «En cada minuto de silencio sea el campo que sea levanto la mirada al cielo y pienso en él» recuerda con emoción el futbolista. Xisco está agradecido al ATB, que le ha vuelto a poner en primera línea del fútbol profesional y es evidente que pronto regresará a lo más alto. Sus compañeros así lo creen y él sigue trabajando porque en el día a día están los frutos del futuro. De momento disfruta de la gran campaña en el Atlètic y de ver cómo su hermano sigue también de cerca sus pasos.