Abdón trata de cabecear un balón ante la presencia de jugador del Atlètic, Antonio Del Castillo. | J. Lladó

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Mallorca 1 - 1 Atlètic Balears

Mallorca B: Tomeu Nadal, Ximo, N'Golo (m. 56 Aleix), Ramón, Hervé, Jaime, Aridai, Sergi, Abdón (m. 74 Montes), Dídac (m. 84 Bardoet).

Atlètico Balears: Matías, Bio, Ede, Del Castillo, Bigas, Checa, Ernesto, Martins (m. 79 Lauren), Rudy (m. 61 Milla), Tiago, Dani Lucas (m. 89 Valentín).

Goles: 0-1 m. 51 Martins; 1-1 m. 90 Ramón Soria.

Àrbitro: Sr. Medie Jiménez. Amonestó los locales Uche y Jaime y a los visitantes Bio, Ede, Del Castillo, Bigas, Ernesto y Martins.

Al derbi entre el Mallorca B y el Atlètic Balears le sobraron ochenta minutos. Si se entiende un derbi como un partido excepcional, con fútbol de máxima tensión y donde las noticias se van sucediendo a velocidad de vértigo, eso sólo se dio los cinco primeros minutos de la primera parte y los cinco últimos de la segunda. Entre esos dos periodos, el encuentro evidenció las carencias de uno y otro y dejó patente también que ambas escuadras disponen de pocas virtudes de las que sacar pecho.

Tal vez mereció más el Atlètic, pero falló en los metros finales y en fútbol los méritos no suman puntos. Posiblemente tuvo demasiado premio el Mallorca B, pero no es menos cierto que recogió el fruto a su juvenil insistencia.

Y es que se mire por donde se mire ayer en Son Bibiloni el fútbol reflejó la realidad de uno y otro equipo. Los de Engonga están faltos de experiencia y su inocencia contrastó con un grupo mucho más experimentado, que presionó mejor y que supo cómo parar el partido cuando había que pararlo y cómo cambiar la marcha cuando había que cambiarla.

Bagaje ofensivo

Dos disparos de Sergi desde la frontal los atajó Matías sin problemas. Fueron dos acciones a título individual del menorquín, que unido a un tiro de Didac fueron el bagaje ofensivo del cuadro local en el primer acto. El Atlètic se apoyaba en la fortaleza de sus centrales y en la velocidad de Martins, Rudy y Tiago para tratar de crear problemas, pero en el primer tiempo sus intenciones se quedaron en nada. Se sabía que había derbi porque la grada estaba llena, no por el fútbol.

Arrancó la segunda mitad con la noticia del gol de Martins. Remató solo dentro del área pequeña. Viendo el tanto se entiende por qué el Mallorca B está llamando a las puertas del descenso. A partir de ahí el once rojillo era incapaz de dar tres pases seguidos y el Atlètic echó mano del oficio para parar e ir a favor de corriente. Falló Bigas una clara ocasión de gol en el 81 cuando parecía sencillo cruzar el balón ante la salida de Tomeu, pero su disparo acabó con el balón fuera. Perdonó el equipo de Siviero y quien perdona termina pagándolo. A los de Engonga les pudo la juventud, pero tuvieron fe hasta el final, insistencia, descaro y por fin encontraron la recompensa. Enrich puso un balón certero a Ramón, que dentro del área bajó el balón con el pecho y disparó a puerta. Gol, empate y alegría a medias. Nadie se fue contento. Se jugaba un derbi, pero apareció un gatillazo. Esas cosas a veces ocurren... también en fútbol.