Corrían los años treinta del siglo pasado. Boris von Skossyreff, un espía ruso, que vivía en Mallorca con una multimillonaria británica, fue expulsado de la Isla en aplicación de la ley de vagos y maleantes que la Segunda República acababa de promulgar. El personaje, que más que otra cosa era un aventurero que se pasaba por aristócrata, duque de Orange, aunque no existiera tal ducado. Llegó a ser proclamado rey de Andorra con el nombre de Boris I. Su reinado fue breve. Aunque no tanto como la república de Puigdemont, cuya cronología se computa por segundos. Lo curioso del caso fue que se proclamó ‘rey de Andorra’ con el acuerdo del Consejo andorrano de los Valles, una especie de parlamento andorrano avant la lettre. Ejerciendo su reinado durante 13 días (del 8 al 21 de julio de 1934) hasta que fue arrestado por la Guardia Civil española siguiendo instrucciones del obispo de la Seo de Urgel, copríncipe andorrano.
El hombre que quiso reinar en los Pirineos
Palma24/02/23 0:29
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2 comentarios
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Insoportable... De nada.
Delicioso... gracias.