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En dos décadas, Mallorca ha ganado 321.142 habitantes, de los cuales el 70 por ciento son extranjeros. Se trata de unos números contundentes, que no se dan en otras regiones, y que se suman a la problemática de la masificación que afecta directamente a la calidad de vida de los residentes. Las estadísticas apuntan a que en solo unos años, en la Isla vivirán oficialmente un millón de personas, una cifra a la que cabe sumar los turistas que nos visitan. El suelo y los recursos son limitados y es necesario que se adopten las medidas necesarias para garantizar un crecimiento sostenible, antes de que Mallorca se vea desbordada por una población fija muy superior a la que realmente puede soportar.

Cambios sociales

El aumento de la población extranjera durante estos últimos veinte años ha sido del 144 por ciento. Es decir, casi el 30 % de la población actual balear ha nacido en el extranjero. Este incremento vertiginoso conlleva una serie de profundos cambios sociales. Otro dato a considerar, dentro del escenario geopolítico, es que ahora la mayoría de inmigrantes llegan de Colombia, Argentina y Marruecos, cuando a finales del siglo pasado eran británicos y alemanes en su mayoría.

No es solo el turismo

Una de las lecturas que se puede extraer de esta estadística poblacional es que no solo los turistas son los ‘culpables’ del proceso de masificación en el que estamos inmersos desde hace unos años. Sin duda, la llegada de visitantes y todo lo que ello conlleva agrava el proceso, pero lo cierto es que la población estable se ha disparado y deja un escaso margen de maniobra para mantener un equilibrio necesario. A esta fotografía cabe añadir los efectos del cambio climático, de ahí que se requieran políticas valientes y eficaces a medio y largo plazo para evitar problemas difícilmente reversibles.