Diálogo internacional. Este encuentro propone un diálogo entre artesanos y artistas de todo el mundo, que observan que están más unidos de lo que puede parecer. | Pere Bergas

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Como si fuese un grabado de Piranesi, el Palau de Can Vivot de Palma este jueves presentaba un aspecto inusual, que lindaba entre lo real y lo imaginario. Artesanos de todo el planeta se reunieron en su patio monumental en la inauguración de la quinta edición de XTANT, un evento nacido con «el reto de convertir Ciutat en el centro neurológico del textil patrimonial», sostiene Kavita Parmar, cofundadora del encuentro junto a Marcella Echevarría. De este modo, hasta el próximo lunes, entre las 11 y las 19 horas, la Galería Art & Artisan ofrece en el patio barroco un exclusivo mercado artesanal, que celebra la diversidad, con 70 expositores de más de 30 países, donde conocer técnicas ancestrales de todo el mundo, y a quienes las mantienen con vida.

Un concepto envuelve cada año el encuentro, y en esta ocasión es Roots, es decir, raíces. «Creo que hay un cambio en el mundo textil, en la búsqueda de un modelo de negocio sostenible, coherente con la cultura y la gente local. En esta edición la palabra que nos guía es ‘raíces’. Queríamos investigar cómo afecta la globalización a las fibras locales: por ejemplo, en la Isla se desecha o se quema la lana mallorquina. ¿Cómo es posible que importemos la lana de China y tirar nuestros recursos?», razona Parmar.

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Sobre estas líneas, la artesana de Cuzco Flora Callañupa, que expuso prendas tejidas a mano en los Andes de Perú.
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Laurine Malengreau utiliza la seda y la lana merino como material artístico.

Diálogo

Como si el palacio echase raíces, su escalera estaba envuelta por las fibras de la bova, en una intervención de los artesans cordadors de cadires i llatrers Mª Magdalena Vidal y Pep Toni Ferrer. Como Llanatura, la fábrica de lana circular de la Isla, que se preocupa por evitar el desperdicio del que habla Parmar, pudieron difundir la tradición local, mientras se sumergían en las de otros lugares. «Mantener con vida estas técnicas es el mejor homenaje que les podemos hacer a nuestros ancestros, además de fomentar el cuidado de la tierra y el uso de los recursos naturales», expresaba Albeiro Camargo, del pueblo colombiano de Barichara, que mostró piezas confeccionadas con fibras naturales. Por su parte, la peruana Flora Callañupa expuso prendas tejidas a mano en los Andes, con la técnica del tejido de cintura. O la finlandesa Heidi Hanakemi, que presenta la ropa que crea a partir de antiguas telas artesanales, dándoles una nueva vi da. Son solo algunos ejemplos de las historias que esconde XTANT.

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Además del gran mercado artesanal, hasta el lunes se organizan charlas, talleres, conferencias y exposiciones.
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El colombiano Albeiro Camargo.

Además del gran mercado artesanal, XTANT cuenta con un amplio programa alternativo. Cada día al mediodía y, por la tarde, el patio de Can Vivot será el escenario de charlas y conferencias, donde artesanos, artistas y expertos compartirán técnicas y conocimientos. Asimismo, tanto Can Vivot como el hotel Convent de la Missió, acogerán talleres de artesanía interactivos, limitados a quince participantes. Podrán aprender a fabricar una escoba con Alyssa Blackwell; conocer el bordado Rozlaby marroquí con Camille Bertrand; cestería con Carlos Fontales o la técnica del button masala con Anuj Sharma, entre muchos otros. Por otra parte, Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma cede uno de sus espacios, que se convertirá en una galería dinámica con exposiciones de artistas locales e internacionales. Y la Torre de Canyamel acoge durante los próximos cinco meses Nutriendo nuestra raíces, «una exposición colectiva de trece artistas seleccionados por expresar un diálogo muy claro entre arte y artesanía», afirma Parmar.