Un buceador practicando una inmersión en una reserva marina. | Europa Press - CAIB

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Las reservas marinas de Baleares han registrado un total de 74.000 inmersiones de buceo recreativo durante 2023, ostentando la zona especial de la isla del Toro la cifra más elevada en Mallorca, con más de 26.000. Según ha detallado la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural en nota de prensa, el año pasado se registraron 74.000 inmersiones frente a las 67.200 de 2022.

Además, han reiterado que el dato más relevante se da en la zona especial de buceo de la isla del Toro (antigua Reserva Marina de la Isla del Toro), que superó las 26.000 inmersiones a pesar de ser un espacio muy pequeño que, probablemente, ha llegado a la máxima capacidad admisible.

A la del Toro le sigue la Reserva Marina del Norte de Menorca, con un total de 12.000 inmersiones, y la de Els Freus de Ibiza y Formentera, con 11.700. Por sus grandes dimensiones, estas dos reservas marinas tienen un enorme potencial de crecimiento.

La Conselleria ha recalcado que solo la Reserva Marina de la Isla de sa Dragonera ha experimentado una reducción en el número de buceadores respecto de 2022 (se ha pasado de 2.200 a 1.600), sobre todo a causa de la inactividad del principal centro de buceo turístico de la zona.

Con todo, el director general de Pesca, Antoni M. Grau, ha recordado que «durante este verano ya será de aplicación la Orden 21/2022, que establece los criterios de buceo recreativo responsable en reservas marinas». En este sentido, el objetivo es fijar unos estándares mínimos de calidad, seguridad y sostenibilidad para la actividad, ha agregado.

Las reservas marinas son figuras de conservación pesquera mediante las que se regulan los usos y la explotación de los recursos marinos para incrementar la regeneración natural de estos recursos y conservar los ecosistemas más representativos. Una de las funciones principales de las reservas es el mantenimiento de la pesca de artes menores.

«Baleares tiene 12 reservas marinas, con una extensión de más de 63.700 hectáreas, y la experiencia demuestra que sin reservas marinas es complicado que la pesca artesanal subsista. En las reservas hay más peces, son más grandes, abundan especies que fuera de las estos espacios escasean y las capturas son más importantes en cantidad y calidad», ha señalado Grau.

Las reservas también se han consolidado como un importante referente para el buceo turístico, con un incremento constante en el número de inmersiones anuales y de los ingresos de las empresas que se dedican a esta actividad. En este sentido, el director general de Pesca ha destacado que «en las reservas marinas los peces dejan de ser esquivos a la presencia humana, de tal manera que al atractivo del paisaje submarino y a la transparencia característica de las aguas de las Islas se le añade la posibilidad de contemplar grandes peces de comportamiento confiado e, incluso, amistoso».