Archivo - Ciudad de la Justicia de València | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

TW
0

Un hombre, Teniente Coronel en la reserva que había sido responsable de la Intervención de Armas y Explosivos en la Guardia Civil, y su hijo, se enfrentan a dos años de cárcel por almacenar material pirotécnico en un local situado en los bajos de un edificio sin las correspondientes medidas de seguridad necesarias para su conservación y manipulación.

El juicio contra ambos debía haberse celebrado este miércoles en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia pero se ha suspendido por un problema relacionado con la citación de los acusados, que habían cambiado de domicilio. Se da la circunstancia de que esta vista ya se suspendió el pasado mes de noviembre por un problema de salud de uno de los acusados.

Tanto el padre como el hijo, este último experto en manejo de artefactos pirotécnicos, se enfrentan a dos años de cárcel, tal y como reclama provisionalmente el ministerio fiscal, por un delito de riesgo por materiales que puedan causar estragos. Además, se les reclama el pago de una multa.

Tal y como se desprende de la calificación fiscal, los acusados, puestos de común acuerdo, efectuaban en una pirotecnia las mezclas de materias primas y, una vez realizadas, trasladaban la sustancia elaborada en bidones metálicos hasta un local de Paiporta, en el bajo de un bloque de viviendas en pleno casco urbano sin medidas y condiciones de seguridad.

En ese bajo ambos manipulaban y almacenaban la sustancia elaborada y, posteriormente, fabricaban los productos calificados como artefactos pirotécnicos tipo P2. En concreto, confeccionaban las cargas expansores de gasas compuestas de tubos de cartón o PVC, según calibre, tapones de plásticos, inflamadores eléctricos, estopín enfundado y carga explosiva.

El local se hallaba ubicado en una calle rodeada de viviendas por todos sus francos, en la parte superior y en sus laterales, frente a un parque público, en una transitada arteria de la localidad de Paiporta.

La entrada y registro practicado en el local el 3 de diciembre de 2020 por parte de los agentes encargados de esta investigación permitió la intervención de gran cantidad de producto elaborado y de material confeccionado para cargas.

Los productos, usados en obra civil para el rompimiento de roca, hormigón o materiales similares, estaban almacenados sin las medidas de seguridad adecuadas para su peligrosidad.

Según la Fiscalía, en el suelo del local se encontró esparcida gran cantidad de mezcla explosiva, mucha humedad y polvo en suspensión, lo que, en caso de chispa, llama o fricción, podría haber provocado la explosión del producto con graves consecuencias para las personas.

En concreto, tal y como detalla el ministerio público en su escrito, existía un riesgo «potencial» de explosión como consecuencia de posibles incendios en el local en el que se almacenaba, ya que fueron incautadas numerosas cajas de cartón que contenían gran número de cápsulas del producto terminado, algunas de ellas de gran tamaño, así como varios recipientes con la sustancia a granel, «máxime si se tiene en cuenta que se hallaban almacenados junto a una gran cantidad de material combustible, como plásticos y embalajes de cartón para montar».

Y apostilla el fiscal: «Existía riesgo derivado de manipulación y almacenamiento de sustancia extremadamente volátiles como el magnesio. Cuando partículas de este tipo de sustancias se combinan con el aire, se puede llegar a formar atmósferas explosivas, altamente inflamables, que pueden iniciarse por la simple acción de una chispa o fuente de calor, produciéndose una explosión».