Presentación del informe del Observatorio de la Sostenibilidad en Aragón de la Universidad San Jorge y de CEOE. | USJ

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El conjunto de la huella de carbono de las empresas aragonesas ha crecido un 3,61 por ciento en 2022, respecto al año anterior, debido al desarrollo económico. Ese mismo año, las 50 compañías más grandes de España lo redujeron un 4 por ciento.

Además, a nivel individual, un 43 por ciento de las organizaciones aragonesas han aminorado su huella de carbono y el 69 por ciento, la relativa. La reducción relativa se debe al aumento de medidas de eficiencia energética, uso sostenible de recursos e introducción de energías renovables.

Estos datos están reflejados en el segundo informe del Observatorio de la Sostenibilidad en Aragón de la Universidad San Jorge y de CEOE, una iniciativa que nacida en 2023, en el marco del Máster en Dirección y Gestión de Empresas de la USJ, para responder a las necesidades de las empresas aragonesas en materia de transformación digital, innovación, internacionalización y sostenibilidad.

El director del Observatorio de la Sostenibilidad en Aragón de la Universidad San Jorge y de CEOE, Juan Royo, ha presentado este estudio este jueves. Ha expuesto que el 96,91 por ciento de la huella total publicada en Aragón se explica por las grandes empresas; siendo una empresa dedicada a la agricultura, ganadería, silvicultura y pescados la que explica el 57,9 por ciento del total.

Asimismo, son dos las que explican el 80,1 por ciento y cuatro el 94,8 por ciento. Por sectores, la agricultura e industria suponían en 2021 el 77 por ciento de la huella de Aragón, mientras que en 2022 ese porcentaje sube hasta el 96 por ciento.

El informe alerta de que existe una brecha entre las acciones concretas de las empresas y los objetivos climáticos declarados. En este sentido, el 70 por ciento de las españolas no ha avanzado sustancialmente en la aplicación de aspectos clave para determinar si una empresa puede obtener resultados positivos o si encontrará obstáculos durante la transición hacia un modelo de negocio con bajas emisiones.

Muchas de ellas siguen sin reducir sus emisiones de carbono a la escala y al ritmo necesario y solo una de cada cinco está haciendo progresos sustanciales en áreas clave. Por ello, Royo ha afirmado: «Un buen número está haciendo bien sus deberes, pero también hay otras que están cayendo en el error de desear la descarbonización, pero no llevan a cabo las prácticas necesarias para conseguirlo».

Normativa

Además de abordar esta evolución de la huella de carbono, el informe también actualiza la normativa, que, según recoge, tiende a pasar de la voluntariedad a la obligatoriedad de registrar la huella.

Comparte recomendaciones para la neutralidad, como la creación de un informe climático de la empresa; reutilizar un 50 por ciento de los productos de toda la cadena de valor para 2028; renovar el 70 por ciento de la maquinaria y materiales de obra; seleccionar a empresas proveedoras locales y evaluadas con criterios de sostenibilidad, y elegir objetivos de reducción de emisiones netas basados en la ciencia.

El estudio comparte las mejores prácticas de algunas entidades aragonesas, como Consolis Tecnyconta, DXC, Equipos móviles de campaña Arpa, Grupo Chocolates Lacasa, Ibercaja, Inycom, Saica y Taisi.

Por último, el gerente de la Universidad San Jorge, Jorge Díez, ha destacado el enfoque «positivo y proactivo» del Observatorio, pues «da a conocer buenas prácticas de las empresas» y promueve su uso «a otras organizaciones que deseen adherirse a nuevas y mejores formas de trabajo».

Ha manifestado que el Observatorio «está potenciando la sostenibilidad de empresas, administraciones públicas y entidades no lucrativas a través de la sensibilización y seguimiento de políticas, acciones e indicadores».