La Lonja de Palma muestra, por todo el perímetro exterior de sus nobles muros, concretamente en la parte inferior, numerosos surcos o marcas, verticales, relativamente profundos y bien visibles para cualquier peatón. Los podemos denominar afiladores populares, ya que, sin duda, son testigo de la práctica de afilar espadas, alfanges, cuchillos, hachas y otras herramientas de corte. Allí los caballeros podían afilar las armas, los obreros las herramientas para sus trabajos y las ‘madones’ se apresuraban a afilar los cuchillos de la cocina... ¡incluso, los niños podían afilar las puntas de las peonzas!. Pero no toda debía ser tan risueño... Porque, a partir de una leyenda valenciana que se puede aplicar perfectamente a Palma, todavía podremos "esmolar sa garrova" (hablar mucho) contando una historieta. Pues sí, resulta que en el portal de la Almoina de la Seu de València hay unas marcas similares a las de la Lonja de Palma, en concreto en un sillar de la parte inferior del mencionado portal catedralicio valenciano. Cuentan que era el lugar donde se erigía el patíbulo y, por tanto, el verdugo aprovechaba para afilar el hacha antes de mutilar a los condenados.
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Curiosidades y tradiciones mallorquinas
Los afiladores de la Lonja de Palma
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6 comentarios
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Me rompí la cabeza pensando si podria haber sido el roce de las correas de los caballos atados a pie de la Lonja, o el agua caida de un posible alero de cubierta. Pero lo de afilar cuchillos no se me habia ocurrido, y muy logico en la lonja de pescado. Bravo Gaspar !!!
El marés-piedra, es muy buen amolador incluso ahora.
Bonito.
Si todavía lo hicieran, no habría tanta chusma en la estación Intermodal.
Curioso, aunque resulta extraña la mecánica del afilado en surcos verticales.
Gracias Gaspar por comentarnos las grandes y pequeñas historias y leyendas de Palma.