Gabriel Forteza tenía 45 años de edad y el 12 de enero de 1990 fue asesinado brutalmente en su casa de la calle Capitán Salom.

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Con dos meses de diferencia, en 1990, el asesino conocido como 'el carnicero de Palma' se cobró la vida de dos hombres en Ciutat y en Can Pastilla. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se volcó en el caso y detuvo a un sospechoso, que quedó en libertad por falta de pruebas inculpatorias. A día de hoy, 33 años después, todavía no sé sabe quién mató a Gabriel Forteza y Ramiro Rodríguez. Y cuál era el nexo de unión de los dos crímenes. Este es el relato de dos asesinatos que pusieron en jaque a la policía y crearon una enorme alarma social en Palma.

Gabriel Forteza tenía 45 años y vivía en una piso de la calle Capitán Salom, en la zona de la Cruz Roja de Palma. El 12 de enero de 1990 su hermano descubrió, horrorizado, la carnicería que había acontecido en aquella casa. Los investigadores siempre sospecharon que el asesino conocía a la víctima y no descartaron que Gabriel, confiado, lo dejara entrar, sin sospechar las auténticas intenciones del homicida. Entre ellos se entabló una violenta pelea y cuando el agresor quiso acabar con su vida le atacó por la espalda y le golpeó la cabeza. A continuación, le asestó cuatro puñaladas y mientras Gabriel intentaba llegar a la puerta, para pedir ayuda, lo giró y le propinó otras quince cuchillas en el pecho.

Fue una auténtica orgía de sangre, porque el sádico se ensañó con él. Cuando los expertos del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional entraron en la casa se encontraron con un espectáculo dantesco: charcos de sangre y un cadáver destrozado a puñaladas. La investigación no fue fácil y aunque un sospechoso estaba en el punto de mira policial, nunca se pudieron probar las acusaciones contra él y no ingresó en prisión. Los vecinos de la finca fueron interrogados por si habían visto u oído algo esa macabra jornada, pero nunca se pudo llegar hasta el criminal.

Fue el primer crimen conocido de 'el carnicero de Palma'. Pero no el último. Dos meses después, el 26 de marzo de 1990, un conserje de noche de un hotel de Can Pastilla fue salvajemente asesinado en la recepción donde trabajaba, de madrugada. La muerte de Ramiro Rodríguez Antón, que por entonces tenía 66 años, se relacionó enseguida con la de Gabriel Forteza y las pesquisas se centraron en un único asesino. 'El carnicero' había vuelto a actuar. La conmoción en Mallorca, y sobre todo en Ciutat, fue enorme. Los periódicos no dejaban de informar de los dos crímenes y nadie encontraba una relación entre ambos ataques. Sólo había una certeza: el asesino en serie se ensañaba con sus víctimas. Y había elegido a Gabriel y Ramiro por una razón que sólo él conocía.

El 26 de marzo de 1990, 'el carnicero de Palma' eligió a su segunda víctima: el conserje de noche Ramiro Rodríguez, que tenía 66 años.

Ramiro estaba casado y era padre de tres hijos. El asesino le apuñaló en el pecho y después arrastró el cuerpo moribundo, hasta dejarlo sentado en un sillón. Antes de huir, se llevó un vídeo y 2.000 pesetas de la caja de la recepción. Sin embargo, el robo no era el móvil del asesinato. La víctima llevaba encima efectos de valor y dinero en los bolsillos, que el criminal ignoró. No fue el único detalle que llamó la atención de los investigadores. Esa noche, dos hombres intentaron entrar en la recepción, de noche, pero se toparon con que el intruso había colocado un palo que bloqueaba la puerta. Por unos breves segundos, vieron al 'carnicero de Palma' dentro de la recepción, cerca del cadáver de Ramiro. Luego se esfumó, como un fantasma. Había obstruido la entrada porque necesitaba tiempo para matar al conserje, sin que nadie les interrumpiera.

Los dos testigos fueron interrogados por los mismos agentes de Homicidios que ya habían investigado el caso de Gabriel Forteza, y obtuvieron una descripción física del sospechoso. De hecho, un individuo fue detenido, pero las pruebas contra él eran muy escasas y un juez lo dejó en libertad. 33 años después, la policía cree que los dos crímenes fueron venganzas personales, por motivos que nunca se han conocido. Y que 'el carnicero de Palma' sigue libre. Las incógnitas, tres décadas después, siguen vigentes: ¿Quién era el sádico asesino que atemorizó Palma? ¿Por qué eligió a Gabriel y Ramiro?

El conserje fue abordado de madrugada en el hotel de Can Pastilla y el asesino bloqueó la puerta con un palo, para que no interrumpieran su ataque mortal.