El caso lo juzga un jurado popular desde este lunes en la Audiencia Provincial de Baleares.
La Fiscalía acusa a A.B. de haber asesinado a su antiguo suegro para robarle, y pide para él 30 años de prisión, mientras que los familiares de la víctima piden prisión permanente revisable.
Cabe tener en cuenta que la defensa no niega que el hombre sea el responsable de la muerte de la víctima, pero cuestiona las circunstancias y alega que el hombre actuó bajo los efectos de las drogas. Su abogado, Vicente Campaner, avanzó en la primera sesión que ésa sería una de sus principales líneas de defensa y que pediría una eximente incompleta.
La pareja anterior del acusado, que ha comparecido como testigo, ha indicado que mientras estuvieron casados, él gestionaba la economía familiar y dejó de pagar el alquiler y un préstamo que tenían con un banco porque «todo el dinero se lo había gastado en cocaína».
Finalmente, ella decidió terminar la relación y marcharse al extranjero. «Reventé», ha enfatizado.
La mujer también ha señalado que el acusado le llamaba para pedirle dinero y que empeñó objetos de su hijo o de la abuela para obtenerlo.
El hijo de ambos no se enteró de que su padre consumía cocaína hasta dos años después de separarse, en una ocasión en la que el hombre no apareció por casa ni contestó llamadas durante varios días. Al narrar este episodio, la mujer ha roto a llorar y la magistrada que dirige el juicio ha decidido interrumpir la vista.
A pesar de todo, la mujer ha defendido que el acusado «es muy buen padre» y que «se desvive por sus hijos». Asimismo, ha precisado que el acusado no se ponía violento cuando consumía y que nunca tuvo comportamientos violentos hacia ella. Aunque formalmente siguen divorciados, la testigo ha dicho que se considera su pareja y que va a visitarlo a la cárcel siempre que puede.
Por otra parte, también ha comparecido ante el jurado la doctora de cabecera del acusado, que ha confirmado que el hombre acudió en varias ocasiones a su consulta y que le transmitió que tenía problemas con la cocaína. La doctora ha explicado que el acusado manifestaba que se arrepentía y decía que lo quería dejar.
Los hechos se remontan a mayo de 2017. Según la Fiscalía el acusado se dirigió a la casa familiar de su expareja, con quien tenía una hija menor, con el objetivo de obtener dinero.
En la finca se encontraba el padre, quien le abrió la puerta y le dejó entrar, pero que no quiso darle dinero.
La Fiscalía sostiene que el acusado reaccionó violentamente, golpeando a la víctima con un recipiente de cerámica y una olla y, que seguidamente, le atestó diversas puñaladas con un cuchillo hasta causarle la muerte.
Después, presuntamente, el investigado revolvió toda la casa y se apoderó de un recipiente que contenía una cantidad de desconocida de dinero y del teléfono móvil de la víctima, y se marchó.
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