TW
43

Faltaba simplemente la confirmación oficial y, en la mañana de ayer, se produjo. La autopsia practicada al feto hallado, a las 15 horas del pasado sábado, en el interior de un contenedor de basura de la calle Balanguera, de Palma, confirma que el feto ya estaba muerto en el momento de ser lanzado al depósito de residuos.

De esta manera, los agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía dan por cerrada la investigación de un extraño caso que no dejó indiferente absolutamente a nadie.

Nada más producirse el hallazgo, el forense desplazado hasta el lugar del suceso apuntó a los responsables del caso que, con casi total seguridad, el feto estaba muerto antes de ser lanzado a la basura y que, supuestamente, se trataba de un aborto natural.

Noticias relacionadas

Ante la declaración del médico forense, el Grupo de Homicidios decidió no tomar ninguna medida cautelar y simplemente se limitaron a tomar declaración en el hospital a la madre en calidad de testigo.

Las primeras alarmas saltaron cuando, en la noche del pasado viernes, una embarazada se sintió mal y comenzó a perder sangre. Poco después le sobrevino el parto y, según la versión facilitada por ella, el neonato no sobrevivió. La mujer lo metió en una bolsa de basura y lo arrojó a los contenedores. Al empeorar, con una hemorragia interna acudió al hospital.

Al final, la joven se derrumbó y contó toda la historia. La Policía Local de Palma, Cuerpo Nacional de Policía y los Bombers de Palma se pusieron en marcha sin demora sin demora, en una carrera contrarreloj por hallar al recién nacido. No había constancia de que estuviera muerto, así que los equipos de emergencia se esmeraron al máximo para encontrarlo.

Finalmente, cuando fue localizado en la calle Balanguera, los agentes llamaron al forense que afirmó que, a su parecer, el feto estaba muerto antes de ser lanzado.