Agentes de la Unidad de Prevención y Reacción realizaron la detención. Foto: A.S.

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Eran las 16:30 horas del lunes cuando una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía estaba realizando su ronda habitual. Al pasar por la calle Manacor, una mujer, de 23 años de edad, se acercó a los agentes en un estado de nerviosismo muy elevado.

 

La joven, gritando y realizando grandes aspavientos, se dirigió a los policías y les relató que había sido víctima de un intento de secuestro por parte de dos marroquíes. La mujer, a pesar de su estado de ansiedad, consiguió facilitar a los policías la matrícula del vehículo en el que huyeron los sospechosos.

 

Rápidamente, la central del 091 radió un comunicado a todas las unidades operativas disponibles y se inició una batida por la zona.

Localizados

Unos minutos más tarde, en la calle Joan Maragall, junto a un semáforo, un furgón de los UPR (Unidad de Prevención y Reacción), del Cuerpo Nacional de Policía, localizó el vehículo y a sus dos ocupantes.

 

Tras darles el alto por la megafonía del vehículo policial, lejos de detenerse los sospechosos abrieron una de las ventanillas, soltaron una bolsa de plástico de color blanco y se dieron a la fuga.

 

En cuestión de segundos, más de 10 coches de policía estaban participando en la persecución.

Los delincuentes, unos metros más adelante, abandonaron el coche dejándolo totalmente abierto e iniciaron, por separado, la huida a pie.

Uno de los marroquíes se marchó por la calle Benito Pérez Galdós, mientras que el segundo decidió huir por Joan Alcover. Tras varios minutos de persecución, ambos fueron detenidos en las inmediaciones de la calle Miquel Santandreu.

 

Entre los objetos incautados a los detenidos se encontraba el spray con el que supuestamente había sido rociada la víctima y un teléfono móvil.

En la bolsa de plástico, que previamente habían lanzado por la ventanilla del coche, se localizó un total de seis paquetes que en su interior se encontraba un total de 225 gramos de cocaína.

 

Una vez realizadas las detenciones, los dos marroquís, en su declaración policial reconocieron parcialmente los cargos imputados, pero manifestaron que entre la víctima y ellos existía una relación «por unos trabajos realizados».