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La democracia de un país es estable cuando hay un gobierno fuerte que puede tomar decisiones sin condicionantes espurios y una oposición sólida, alternativa real de poder. Si el gobierno es débil y la oposición es fuerte o si el gobierno es débil y la oposición también es débil o si el gobierno es fuerte y la oposición débil, peligra la democracia en ese país.

Tengo amigos votantes del PP que exigen que alguien desde dentro del PSOE se ‘cargue’ a Pedro Sánchez. Como si esto fuese coser y cantar. Yo les pregunto ¿qué está haciendo el PP para disminuir la abrumadora presencia de Pedro Sánchez en la escena política? Porque me temo que estamos en el peor escenario: un gobierno débil y una oposición débil.

Tanto los partidos como la clase política se han inventado en los últimos tiempos un metalenguaje y unos métodos de actuación que sirven para relacionarse entre ellos pero que no conectan con la realidad de la sociedad. ¿Qué está haciendo el PP para que la sociedad le acepte como verdadera alternativa de poder? ¿Se trata de llenar la calle de manifestantes o de llenar las urnas de votos?
Las elecciones se ganan en el centro, cuanto más centrado esté un proyecto político más posibilidades tiene de ganar, con independencia de los partidos extremistas de uno u otro signo.

Cuanto más busque el PP un acercamiento hacia las posiciones de centro moderadas más posibilidades tendrá de optar a una victoria electoral que le dé opciones de gobernar.

En Cataluña se ha puesto de relieve que el PP puede aumentar sus votos sin que sea a costa de Vox. Por el bien del país y de la salud política, el PP tiene que distanciarse de esa marea ultraderechista que recorre Europa porque de lo contrario acabará engullido en ese preocupante conglomerado.
Comprendo la irritación ante la política de Pedro Sánchez, pero después de ese famoso retiro espiritual, ¿no debería haber presentado Núñez Feijóo un verdadero programa de gobierno con quince propuestas claras y contundentes que contrastasen con los balbuceos de Sánchez? No veo a un PP fuerte, liderado con firmeza para aspirar a gobernar España.

Me refiero a la necesidad de que exista una oposición sólida con posibilidades de competir. El hecho de que el PP gane en votos y escaños, pero no pueda gobernar por falta de aliados debería conducir a la dirección del partido a una seria reflexión.

Acabamos de celebrar el día de Europa. El proyecto europeo no hubiese sido posible si la socialdemocracia y la democracia cristiana hubiesen perseguido políticas radicalizadas insuperablemente enfrentadas. El histrionismo y el negativismo pueden ser populares, pero no sirven para ganar ni para gobernar.