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El pasado marzo se celebró el día mundial del cáncer de colon. No puedo hablar como medico y menos aún como experto. Pero si como paciente y familiar de afectados. Estas semanas los medios han hablado y realizado artículos con datos y preocupaciones de los expertos. Ante tales datos me quedé preocupado e indignado. Ecoindex publica cifras escalofriantes. En España se diagnosticaron más de cuarenta y dos mil casos. Su progresión no ha parado de crecer. Los expertos alertan de la incidencia en menores de cincuenta años. Así mismo también muestran preocupación porque los cribados no son suficientes y no alcanzan los del cáncer de mama. Pero mi preocupación se convirtió en indignación al leer que en España antes la financiación pública para protocolos nuevos alcanzaba el 80 %, ahora apenas llega al 50 %.

La agencia europea de medicamentos para cáncer se colon (ESMO), daba cifras que demostraban que en los últimos tres años la financiación para nuevos protocolos ha bajado treinta puntos. Añadía que de los once protocolos nuevos en España solo se financian menos del 50 %, mientras en Alemania llegan casi al 90. O sea que la ministra de Sumar y antes Illa del PSOE, no solo no empatizan con el sufrimiento humano, sino que además apoyan una injusticia social de tamaño mayúsculo. Me indigna su hipocresía. Mientras además ahora apoyan el aumento descomunal de dinero para armas, mientras regatean medicamentos que salvarían vidas y mejorarían la vida de los que no pueden curarse, de momento. Obviamente contacté con expertos de la Isla. Mi admirado y querido Dr. Reyes, presidente de la AECC y coordinador clínico autonómico de Balears con su diplomacia y prudencia me dijo que en Balears si se solicita, algunos de estos tratamientos son financiados. Pero esto no es una competencia autonómica, sino Estatal.

Es el Ministerio quien tiene que decidir y aportar financiación. Las cifras demuestran la decrepitud moral de la ministra. Agradezco de corazón la estatura científica y profesional de los sanitarios, pero hay que denunciar estos hechos y ponerlos en conocimiento de la opinión pública. No deseo que nadie tenga que sentir el dolor, ansiedad y miedo que demostraban la mayoría de los pacientes con los que compartí siete u ocho horas en la sala de Tratamiento Quimioterapéutico. Sólo cuando estás en el abismo puedes captarlo de forma integral. Creen ustedes que unos millones de euros para avanzar en esta epidemia no valen la pena. Mientras se malgastan en corrupción y boato. La ciudadanía no conoce estas cifras. Si así fuera, pacientes y familiares se indignarían ante tal felonía. Ruego que reflexionemos sobre ello y trabajemos juntos para avanzar en nuevos protocolos, previamente validados, así como en prevención. No hay mayor placer que trabajar para paliar el sufrimiento humano.