Es como si hubiésemos retrocedido cinco décadas, como si el túnel del tiempo se hubiese vuelto loco. El caso de los presuntos desfalcos de la exconsellera d’Hisenda del Consell, Pilar Bonet, podría ser más o menos llamativo en la antigua Diputación Provincial de los años setenta del siglo pasado, cuando en algunos despachos del edificio de Palau Reial todavía colgaba el retrato del Generalísimo. Entonces casi no había mecanismos de inspección. Aún imperaba la camisa azul del yugo y las flechas. Pero que un desaguisado de tal calibre pueda acontecer hoy en día, en plena era informática, cuando los controles sobre el dinero público son, en teoría, extremos, produce sonrojo. Si son posibles en las instituciones democráticas tales cotas de mangoneo, es que los cimientos del Estado de Derecho están mucho más carcomidos de lo que creíamos.
Regreso al pasado
18/02/24 0:30
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2 comentarios
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Vaya, continúa sin condenar este caso de corruPPcion... Recupere un poco su dignidad. Todavía recuerdo cuando decía "yo crítico a todos los partidos por igual" 🤣🤣🤣
Cansado de tanto juez y parte... Tantos silencios atronadores en otros momentos....