TW
4

Empiezo a escribir este artículo de opinión consciente de que me lloverán las críticas. Sin embargo, me lanzo y tecleo plenamente convencida ¡bienvenidos turistas!. Lo socialmente correcto, especialmente en los últimos años, es rechazar al turismo: saturan, colapsan, acaban con nuestros recursos... Estos son solo algunos de los argumentos que se suelen escuchar en su contra. Sin embargo, se olvidan otros muchos que son muy positivos: generan riqueza, altos índices de empleo... Además, todos en algún momento de nuestra vida somos turistas y creo que viajar no debe ser un privilegio exclusivo de las personas con un alto poder adquisitivo

Si bien tengo muy claro que el turismo es necesario en Baleares, también estoy plenamente convencida de que el modelo actual no es sostenible. Las Islas no pueden seguir batiendo récords de visitantes cada mes, ya que corremos el riesgo de morir de éxito. ¿A quién le gusta conocer una ciudad con sus calles y monumentos abarrotados? ¿O ir a una playa en la que no se puede ni poner la toalla? También tengo bien claro que la solución no es prohibir. En mi opinión, las diferentes instituciones deberían abordar este asunto con todos los sectores afectados, pero de verdad, como nunca se ha hecho. Ya esta bien de escribir en papel mojado; se necesitan políticas valientes e innovadoras. La desestacionalización siempre se ha planteado como una de las soluciones, y es cierto que cada vez se alargan más las temporadas, pero no lo suficiente.

También es fundamental aprovechar la experiencia que tienen las Islas en este sector y pagar a todos su profesionales -desde una camarera de piso a un ejecutivo- salarios dignos, que les permitan desarrollar sus proyectos de vida. Probablemente, todo ello ayudaría a ver el turismo de forma positiva y no como el culpable de todos los males que acechan a Baleares.