Si realmente viviéramos en una democracia perfecta la responsabilidad de lo que ocurre con lo político debería ser nuestra, quienes formamos el censo electoral; por votar como votamos. Han transcurrido cuarenta y cinco años de la instauración de la democracia en España, empezando a ser hora, pues, de asumir pleno protagonismo político y consiguientemente votar eligiendo con la máxima responsabilidad a nuestros representantes. Acto genuinamente democrático, que confiere la legitimidad de ‘título’a los elegidos. Legitimidad que para ser completa debe unírsele la de ‘ejercicio’. Conjunción que no se da automáticamente. Pues consiste en hacer uso del poder concedido con equidad y prudencia en el día a día. No es fácil, pero es condición sine qua non para la plena legitimidad del elegido.
El mal de estos tiempos
19/05/23 0:29
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2 comentarios
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Lo que está claro es que VOTAR a quien MINTIÓ EN TEMAS CAPITALES QUE LE LLEVARON A SER EL MÁS VOTADO es de necios. No Pactaré No dormiría. No indultaré. La MENTIRA es lo más castigado en el mundo político Anglosajón . El que MIENTE puede dar por perdida su elección.
Posar en dubte es resultats democràtics és afeblir sa democràcia; i si se fa des d'una suposada superioritat moral, me sembla indigne.