El famoso síndrome de Stendhal, trastorno psicosomático que provoca palpitaciones, desmayos, vértigos y abulia cognitiva (alelamiento) por la contemplación excesiva de belleza (es un síndrome para pijos muy sensibles), tiene un síndrome opuesto menos conocido, pero que afecta a mucha más gente. Por cada individuo con el síndrome de Stendhal hay docenas afectados por el síndrome del Lazarillo, provocado por la contemplación constante de fealdades exageradas. No se habla nunca de este síndrome porque, así como los pacientes del Stendhal están muy orgullosos de padecerlo, y se jactan de un trastorno tan culto y exclusivo, los del Lazarillo (de Tormes), también con síntomas de confusión, vértigo y palpitaciones, se callan y sufren en silencio, porque les da mucha vergüenza. En serio, sin intención de ridiculizar al señor Stendhal, la visión de cosas feísimas, exhibidas sin recato y en abundancia, tiene efectos psicosomáticos mucho más nocivos que atiborrarse de belleza, y ello con independencia de si el observador es un exquisito muy snob o un tarugo con menos sensibilidad que un pepino.
El síndrome del Lazarillo
Palma11/05/23 0:29
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