La mallorquina protagoniza, junto a otras modelos más jóvenes, campañas publicitarias y desfiles de moda. | Julián Aguirre

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Mujer extrovertida, divertida y de actitud positiva, Teresa Ribera (Palma 1970) es una de las modelos más solicitadas del momento. Pese a superar los 50 años, comparte pasarela con otras modelos que podrían ser sus hijas, y protagoniza sesiones fotográficas para campañas de televisión o de revistas. «Muchas firmas de moda buscan un perfil de mujer real, más cerca de lo que es la edad de su clientela», comenta.

De joven, Teresa Ribera participó en concursos de misses e incluso acudió a una agencia de modelos, pero sin éxito, ya que nunca ganó un certamen de belleza ni hizo ningún trabajo en la agencia como modelo profesional. Nada que ver con la actualidad, en la que prácticamente cada semana tiene un photo shooting o desfile. «Me apuntaba a los concursos de misses que organizaba Pedro Salas, y mi tía, aunque mis padres siempre me apoyaban, era la que me animaba a que fuese modelo; incluso me llevó a una agencia, en la que no llegué a hacer ningún proyecto. Así que me centré en mi trabajo». Desde la inauguración del centro de El Corte Inglés de Avenidas, Teresa trabaja como dependienta, actualmente en la sección de firmas de mujer. Hace unos meses, la directora de arte y estilista Nendy Bota le propuso realizar un trabajo como modelo fotográfica para el catálogo de una boutique «y desde entonces no he parado de trabajar tanto en desfiles como en catálogos para tiendas y boutiques, o spots publicitarios. Nendy es una mujer maravillosa, con grandes ideas y que apoya la diversidad», comenta.

En los 90 el prototipo de modelo era una mujer de 1,75 de estatura y unas medidas de 90-60-90. «En la actualidad el perfil ha cambiado mucho y veo jovencitas que se presentan a concursos de modelos operadas de pecho, trasero, se han quitado costillas para realzar su cintura, etc. Quieren aparentar una imagen más de Barbie, pero precisamente muchos empresarios y estilistas de moda buscan la naturalidad. La mujer real. Yo no estoy en contra de los retoques estéticos, todo lo contrario, apoyo las operaciones siempre que sean por motivos de salud. María Ferrer, propietaria de la boutique La Magnona, me ha elegido como imagen para su actual catálogo, pues sus clientas se ven más reflejadas en mi perfil que en chicas más jóvenes».

Sobre lo que opinan sus dos hijos al tener una madre modelo, Teresa afirma que «flipan». Alejandro tiene 23 años y Roberto 17. «Los dos me apoyan y dicen que si esto me hace feliz, ellos están contentos». Desde siempre, Teresa Ribera se ha cuidado, tanto físicamente, practicando deporte, como en su alimentación. «No mantengo ninguna dieta, ni me obsesiono por el físico. Me gusta ir al gimnasio, porque me encuentro bien y me ayuda a desconectar. Por lo demás hago una vida de lo más normal». En cuanto a sus cuidados estéticos, «lo único son cremas hidratantes y desmaquillarme bien por la noche, pero creo que también ayuda el ser positiva y estar feliz».