Un bulo que desmontan los sanitarios es sobre los primeros auxilios a bañistas y el mito de que hay que colocar a la víctima boca abajo para vaciar el agua de los pulmones.

TW
1

Creencias como que los manguitos y los flotadores previenen por si solos el ahogamiento infantil proporcionan una falsa seguridad a los responsables de los menores pero no hay evidencia de su seguridad, según consta en un decálogo sobre incidentes en playas y piscinas que desmonta bulos que ponen en peligro a los bañistas. El decálogo elaborado por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y el Instituto #SaludsinBulos afirma que el único material recomendado para la flotación de los bañistas es el chaleco salvavidas, «aunque ningún dispositivo de flotación impide por sí solo un ahogamiento».

La mayor parte de los ahogamientos en menores de cuatro años ocurre por descuido de los adultos y suele suceder en piscinas particulares, según SEMES que recuerda que por cada persona ahogada, entre 3 y 5 requieren atención urgente por algún incidente relacionado con el agua. Para esta asociación, en la gravedad de los incidentes acuáticos influyen de manera decisiva los bulos que circulan por redes sociales y los mitos transmitidos de generación en generación.

El «Decálogo de mitos sobre incidentes en playas y piscinas» también señala que otro de los mitos que carece de base científica es en relación a los supuestos efectos beneficiosos de orinar sobre picaduras de medusa. Según el decálogo, «esto no sirve de nada y, por el contrario, puede provocar mayor descarga de veneno».

Otro bulo que desmontan los sanitarios es sobre los primeros auxilios a bañistas y el mito de que hay que colocar a la víctima boca abajo para vaciar el agua de los pulmones. El informe de SEMES y el Instituto #SaludsinBulos aclara que esta práctica es inútil y supone una pérdida de tiempo al no combatir la causa principal del ahogamiento, que es la hipoxia o deficiencia de oxígeno en la sangre. Según datos de la OMS, el ahogamiento en playas y piscinas es responsable directo de 236.000 muertes cada año en el mundo. En España por esta causa fallecen anualmente unas 400 personas.