Claire O’Keefe dio una charla en ‘Trobades amb...’, en CaixaForum Palma. | Pere Bergas

TW
0

Claire O’Keefe (Mallorca, 1984) siempre tuvo claro que iba a ser artista. Su creatividad no se centra en una sola disciplina, sino que a través de la fotografía, el estilismo y el diseño de moda y joyería, O’Keefe crea un universo que cada vez es compartido por más personas. Entre otros proyectos, actualmente trabaja como fotógrafa para la firma de moda Cortana. Este viernes participó en Trobades amb..., en CaixaForum Palma, un espacio que le permitió explicar su carrera artística; todos sus proyectos con sus luces y sus sombras.

¿Cómo es el proceso entre el anhelo de ser artista y la ejecución de ese deseo?
—En mi caso no me crié en un ambiente familiar artístico y además fui a un colegio muy conservador; ser artista no era una opción. Para mi ha sido un camino largo y desconocido, pero mi intuición me decía que lo estaba haciendo bien y lo podía conseguir. Cuando trabajas duro, y no paras, a todo el mundo le llega su recompensa. Yo creo en eso.

Trabaja distintas disciplinas, ¿Cuál es la clave para pasar de una a otra con solvencia?¿Hay algún punto de encuentro entre ellas?
—Esta todo súper relacionado. A mi me encanta la fotografía y conceptualizar, que puede ser cualquier profesión. Empecé como estilista y me daba la seguridad de ganar dinero con algo que me gustaba y podía ser creativo, pero hasta el momento no me había planteado ser estilista. Se convirtió en un buena fórmula para poder desarrollar mi arte. Llegó un momento en que la fotografía y el estilismo no tenían nada que ver, y necesitaba aunarlo. Intentaba seleccionar los proyectos, poner parte de mi y ahora todo tiene muchísimo más sentido.

Uno de sus proyectos es Keef Palas, y lo define como joyería efímera. ¿En qué consiste?
—Este proyecto ya tiene más de dos años y lo hago junto a Eugenia Oliva. Nació de una tendencia que vivíamos mi grupo de amigas de rechazo total al sistema de producción de moda en este país, que es fast fashion, la moda rápida - básicamente Inditex, Desigual, Mango, etc. No nos gustaba. Lo veíamos como una de las pocas alternativas para crecer en esta industria, contamina mucho, la mano de obra trabaja en muy malas condiciones y tienen un sistema terrible de la copia. Keef Palas es una reivindicación poética, creamos joyería con plantas, es efímera porque va a perecer. Expiran no por las causas de neoliberalismo, sino por las leyes de la naturaleza.

¿Es factible un proyecto que base toda su filosofía en la moda sostenible?
En este momento la sostenibilidad en la idustria de la moda no puede basarse en la perfección, no va de eso. Es una cuestión de progreso. Lo que lanzamos nosotras es un concepto, una poesía. Para empezar nuestro envase es de plástico y no es biodegradable. Tampoco nos vendemos como súper moda sostenible, sino como una reivindicación a la moda que hay y como una posible respuesta.

¿Cómo se equilibra el arte y el negocio?
—Ojalá lo supiera ¿no? (ríe) Es un tema complicado porque además en España puedes empezar haciendo proyectos sin cobrar , solo por tener una oportunidad, y la gente igual se acostumbra y puede ser negativo. Luego llega un momento que te van a elegir a ti por lo que tú haces.

Un elemento común a muchas artes es la voluntad de permanencia, y con Keef Palas rompe esta norma. ¿Cómo se le ocurre?
—Al principio pensábamos que nadie nos lo iba a comprar, nosotras mismas sentíamos que éramos un timo; estábamos vendiendo hojas. Y de un día para otro me dio la vuelta y les veía un valor increíble. Empezamos a venderlo en Deià, en Sa Fonda, y hicimos sold out. Para que permanezca le hacemos la foto y ahí se queda. Lo efímero está en muchos sitios, desde una pasarela de moda o una boda, hasta nosotros mismos. Nos encanta la impermanencia.

Hablando de transformación e impermanencia, ¿Cómo se ve en un futuro?
—Ahora estoy cogiendo un poco de distancia con Keefe Palas porque trabajo en muchos proyectos, y este me ha absorbido muchísimo, y con mucho gusto, pero nunca he dejado de lado mi fotografía, que ahora va mucho mejor. Consigo más clientes y tengo una imagen más sólida. En el futuro me veo haciendo fotos y participando en proyectos con alma, que me hablen al corazón y con los que pueda desarollarme yo también.