El pino del Moll fue talado en el bosque de Formentor, como es costumbre. | Aj. Pollença

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Mientras Pollença cuenta las horas para subir a Ternelles, este año con aforo limitado y sorteo de 15 plazas para poder participar el miércoles en la tala del pino, los vecinos del Port de Pollença ya han iniciado su propia versión de la fiesta, más familiar. Este lunes, una buena colla midió sus fuerzas para talar el pi de Sant Antoni a golpe de hacha. Los molleros se acercaron al bosque de Formentor, donde talaron un pino de 20,5 metros de longitud en el que se encaramarán los más ágiles durante la sobremesa del día de Sant Antoni, el 17 de enero.

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«Hay quienes dicen que esta fiesta la copiamos a Pollença, pero nuestra fiesta tiene su propia tradición, la crearon los pescadores hace más de 70 años porque no podían acudir a la de Pollença», explica un vecino. Otro añade, con ironía, que «si nuestro pino mide 20,5 metros, el suyo dirán que mide 21». Con la ayuda de un tractor, el pino de Formentor fue tirado hasta la orilla, luego será arrastrado por mar hasta el muelle de golondrinas, y finalmente hará un breve recorrido por tierra hasta la plaza Miquel Capllonch, donde pondrá a prueba a quienes se atrevan a trepar por su tronco enjabonado.

«En Eu Moll nunca ha habido polémica porque nunca hemos colgado animales vivos en la ramera». No será el canto de un gallo, sino una lluvia de confetti sobre el público, la que anuncie al ganador.