La disponibilidad de la planta hotelera ha variado mucho según el municipio, alcanzando su máximo en Alcúdia y su Port, donde ha llegado al 88%, como afirma su alcalde, Antoni Mir.
En este municipio han visto estos días como un buen balance, pese a las muchas incertidumbres que vive el mercado. La economía alemana, la inestabilidad inglesa y las devaluaciones de moneda en países nórdicos son tres factores que confluyen por primera vez y son motivo de nerviosismo en el sector. Mir no obstante ve con optimismo la situación gracias al trabajo realizado por su municipio en diversificación y aumento de la calidad de su oferta. Su mensaje es el de prudencia ante la expectativa de que los touroperadores puedan reclamar bajadas de precios para competir con otros mercados.
Sin embargo la situación no se percibe igual en Muro, donde su alcalde, Martí Fornés, ve estos otros mercados en ascenso como una importante amenaza. En su opinión la Semana Santa no ha sido buena en comparación con las anteriores, pese al factor de las fechas, que la ha retrasado casi un mes con respecto a la del año pasado. En su municipio la planta hotelera ha estado abierta al 70% con una ocupación del 75%. Pero es un dato de unos cuantos días puntuales dentro de un mes de abril en general flojo.
En Can Picafort el 50% de la planta hotelera ha estado disponible, con una ocupación que ha rondado el 70%. El alcalde Joan Monjo sostiene que si bien no es una mala ocupación para abril, no ofrece buenas perspectiva para mayo. El mal tiempo ha sido determinante en esta zona, con muchas cancelaciones del última hora. Cree Monjo que el verano no será tan bueno como los anteriores, pero no ve la situación preocupante.
Jaume Horrach, presidente de la Agrupación de Hoteleros, afirma que si bien la Semana Santa ha sido positiva, los meses de julio y agosto registran hasta ahora muchas menos reservas a causa de la competencia.
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