La amenaza de lluvia no impidió que miles de ciudadanos visitaran Inca, una ciudad que ayer olía a goma quemada | Antoni Pol

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Con una más que notable asistencia, Inca celebró ayer la segunda de las tres ferias previas al Dijous Bo. Consagrada al mundo del motor y a los jóvenes, las muestras y exposiciones de toda clase de vehículos (motos antiguas y modernas, coches deportivos, karts, etcétera) invadieron buena parte del casco urbano de la ciudad. Es más, el show que se organizó por la tarde con un Ferrari acrobáticamente pilotado por Paolo Martinho obligó, a cortar un tramo de la carretera vieja que une Palma con Alcúdia.

Respecto a las actividades de la feria del motor, hay que mencionar el homenaje que se rindió al piloto de moto GP italiano Marco Simoncelli, que falleció la semana pasada en un accidente mientras competía.

También se realizaron otras demostraciones, como una de pulido de carrocería, y varias competiciones deportivas con vehículos a motor. La música a toda pastilla, el olor a goma quemada y el ruido de los pistones se adueñaron de la mitad oriental de Inca.


Y jóvenes

Y la otra mitad de la ciudad, la parte occidental, la tomaron los más jóvenes. Calles reconvertidas en pistas de baloncesto, muestras de varias modalidades de gimnasia artística y carreras de bicicletas, entre otras actividades, estuvieron presentes en la Fira.

Cabe destacar, igualmente, Intapa, la primera feria de tapas y pinchos de la capital del Raiguer, que se instaló en la plaza Mallorca y en la que participaron algo más de treinta establecimientos de restauración. También hay que resaltar el mercadillo tradicional de la avenida Reis Catòlics, o el de flores y plantas de Tots Sants que se instaló en la plaza d'Espanya.

La lluvia amenazó durante toda la jornada. Sin embargo, exceptuando algún que otro efímero chubasco, no llegó a descargar. Los actos de la tercera y última feria, de época y dedicada a la sostenibilidad e interculturalidad comenzarán el próximo jueves.