Nati junto a Jurgen, en uno de sus ingresos.

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Nati Expósito es la mujer de Jurgen Lacal, enfermo de cáncer desde hace siete años, concretamente desde el 5 de marzo de 2017. «Fue solo a la clínica, a hacerse una colonoscopia. Finalizada la misma, recibí una llamada del médico. Me dijo que quería hablar conmigo, personalmente. Así que dejé todo lo que estaba haciendo y acudí lo más pronto que pude. En una habitación, estando él con nosotros, nos dio la mala nueva: Tiene cáncer, estadio 4, nos dijo, explicándonos que es el más alto, además con metástasis. Al escuchar aquella palabra, cáncer, me dio un ataque de pánico. Me volví loca. Intenté salir de allí, pero como estaba cerrada la puerta, la aporreé. Jurgen trató de calmarme… Me pusieron una inyección y me tranquilicé. Días después, durante la primera sesión de quimio a la que se sometió, me comunicaron que no duraría más allá de dos meses… Me desesperé… ¿Dos meses…? Entonces, alguien me dijo que en Son Espases había un médico que hacía operaciones de tipo experimental a personas con cáncer. No lo dudé. Sin cita previa, me desplacé hasta allí y me planté delante de la puerta del doctor, al que supliqué: «Mi marido se está muriendo… ¡Opérele, por favor!». Dos meses después le estaba operando. Fue la primera operación de las ocho que le han hecho a lo largo de estos años. Por ello se ha quedado sin apenas colon y solo con un par de metros de intestino. ¡Pero da lo mismo!, sigue vivo, y mientras viva, por muy remota que sea, hay esperanza. Sí, ahora el cáncer lo tiene en pulmones e hígado, pero sigue luchando, y yo a su lado».

-¿Cómo os conocisteis?
-Nos conocimos en Palma, en agosto de 1997, en un concierto de Alejandro Sanz. Cuando con una amiga estaba en la cola, para entrar, oí decir por detrás de mí… ¡Mira, es él… Es Alejandro Sanz…!, a la vez que veo que tres o cuatro chicas están rodeando al cantante…. Que al acercarnos a ver qué pasaba me di cuenta que no era él, sino que era un joven que se parecía mucho a él. Les dije a las chicas que no era Sanz…'Soy un guiri, que puede que me parezca a él, pero no lo soy -decía él-. Soy un guiri que he venido a España a aprender el idioma'. Deshecho el entuerto, él se quedó con nosotras …. Conmigo. ¡Y hasta hoy!

-¿Tú, por entonces, a raíz de un fugaz noviazgo que mantuviste con Jesulín de Ubrique, eras famosa. Por eso te llamaban de las teles, lo cual te suponía una buena fuente de ingresos.
-Sí, así era. Y en esa etapa de mi vida me pasé cerca de diez años… Un día le dije que me iba a Madrid, que era dónde tenía el trabajo con el que ganaba bastante dinero, y él me contestó que me acompañaba, que se venía conmigo. Y lo hizo. Y en Madrid, mientras yo no paraba de trabajar en la tele, él estudiaba Filología Hispana, a la vez que para mi era el mejor apoyo que pudiera tener. Tiempo después, cuando murió mi madre, se vino conmigo a Palma, poniéndose a trabajar como traductor jurado, carrera que le costeé, cosa que luego él me devolvió con creces, con amor, con compañía y, ¿por qué no decirlo?, compartiendo conmigo lo que ganaba.

-¿Os casasteis?
-Sí, claro. A los dos años de conocernos. En 1999, por lo que llevamos ya 25 años casados.

-Y todo iba bien …
-Iba maravillosamente bien hasta aquel 5 de marzo de 2017, cuando le encontraron un cáncer. Por tanto, ¡siete años lleva luchando contra él!, respondiendo a cada operación que le han hecho… Y cuando desapareció el cáncer del colon, y se reprodujo en hígado y pulmones, siguió… Sigue luchando, sin quejarse para nada. Lo único que no quiere es quedarse en el hospital. Mientras pueda, dice, quiere estar en casa e ir las veces que sea necesario al hospital o a la clínica.

-Él ha contado que el cannabis medicinal le está ayudando mucho, sobre todo a la hora de mitigar dolores.
-Sí, así es. Cannabis que se elabora él, en casa, a raíz de unas plantas que cultiva en macetas. Un primo suyo, que vive en Holanda, le puso en contacto con un médico especializado en tratar el cáncer con cánnabis. Con él hizo un Master de tratamiento en Oncología con cannabis. Quiero decir que sabe lo que hace… Que lo hace bien, pues gracias a este, los dolores, sobre todo los originados por la quimio, son menores.

-¿Tú, como mujer de enfermo de cáncer, qué consejos darías a otras mujeres u hombres, esposas o maridos de enfermos de cáncer?
-En primer lugar, si puede, dejarlo todo para cuidarle. Si no, dedicarle el mayor tiempo que pueda, sacrificando el tiempo libre. Darle también mucho amor, cuidarlo mucho, y, a ser posible, no sentirse débil delante de él, sino todo lo contrario. Incluso, si es necesario, disimular el dolor que sientes al verle sufrir. Porque, ¿sabes?, es muy duro, muy fuerte, ver como se va consumiendo poco a poco… Él ha perdido más de 20 kilos, se ha debilitado. Sin embargo, para no preocuparme, no demuestra que sufre. Luego, también es importante, que él tenga su propia habitación, y en ella, a mano, las medicinas que precise. Mientras tanto, yo tengo otra, cerca de la suya, para no molestarle. Pero sobre todo, siempre con él, a su lado. Hace tres años me ofrecieron colaborar en Fiesta, pagándome bien. Se lo consulté a él, me dijo que no quería que le dejara, ni que tampoco estaba dispuesto a viajar conmigo, y les dije que no.

-Por lo que también sabemos, Jurgen ha montado en Facebook una especie a través del cuál cuenta lo que hace.
-Sí, y lo hace, más que nada, para animar a otras personas que están enfermas como él. Si me ven -me dice- que hago lo que hago, caminar, distraerme, mitigar el dolor con el cannabis, igual ellos hacen los mismo. Que le consta que es así. Por eso, casi a diario, contacta con el grupo, ya bien escribiendo algo, ya bien colgando fotos de sus caminatas.

-¿Cómo ves el futuro?
-Siempre piensas en la esperanza. Por eso ha vuelto a la quimio, por aguantar esperando que salga algo con lo que pueda seguir luchando contra el cáncer. Nunca debes de perder la esperanza, siempre has de confiar en que puedes salir de ahí. Y es en lo que confiamos nosotros.