María del Mar Pulido, nueva Defensora del Menor. | Jaume Morey

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A finales de enero, María del Mar Pulido (Palma, 1968) asumió el cargo como nueva directora de la Oficina Balear de la Infancia y la Adolescencia (OBIA), que depende de la Conselleria de Família i Afers Socials. Desde que comenzó la nueva legislatura, este departamento estuvo meses sin una figura del Defensor del Menor. Ahora Pulido estará al frente en la promoción de los derechos de los menores y continuará la línea de trabajo de los anteriores defensores, Josep Lluís Riera y Serafín Carballo. Pulido es licenciada en Derecho y en los últimos ocho años ha sido responsable de Administración de la Fundación Amaranta.

¿Ha afectado el ritmo de la OBIA le hecho de que no hubiera la figura del Defensor del Menor hasta su llegada?
— No. En la Oficina hay técnicos que llevan 25 años y su trabajo diario es la principal base. Cada director que ha pasado por la OBIA ha hecho un buen trabajo, a pesar de que cada uno tiene un perfil determinado. Una vez me incorporé, hablé con los últimos cuatro directores, que son fantásticos, y me facilitaron todo tipo de ayuda. La Oficina está abierta para todos, además de la línea telefónica. El año pasado atendimos unas 130 llamadas.

Entonces, ¿cuáles serán sus principales líneas de actuación?
— Como he comentado anteriormente, la Oficina Balear de la Infancia y Adolescencia tiene un recorrido de muchos años, así que lo que ahora haré será volver a posicionar la Oficina para que todo el mundo sepa la figura del Defensor del Menor; volver a coordinarme con las entidades e instituciones y trabajar en los problemas que se detecten.

¿Está diciendo que la OBIA no está visibilizada?
— Sí lo está, sobre todo está presente en los centros educativos y entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Me refiero a que hay que estar presente, que sepa que está, así como hacer campañas de sensibilización y mantener reuniones.

El escándalo de las menores tuteladas sigue en el punto de mira de la agenda política. De hecho, este Govern se comprometió a proteger a estas niñas y cumplir con las medidas europeas contra la explotación.
— La OBIA no responde a ninguna acción política, su papel es promover, impulsar y coordinar con respeto este tema. Hace tiempo que se trabaja en este tema, pero ahora mismo está judicializado. Sin embargo, siguen los mismos protocolos y se está trabajando desde todas las entidades. La OBIA es el garante de los derechos de los menores y lucha para que estos no se vulneren.

¿Cree que el sistema de protección actual funciona?
— Se puede mejorar, como todo, pero el sistema de protección existe y está ahí, como son los centros. Y ojalá no tuvieran que llegar a esta situación. Pero una vez entran (los menores) a formar parte de la Administración, hay que protegerlos con todos los medios posibles. Por eso, el papel fundamental de la Oficina es que se cumplan los protocolos que existen y que haya control en los centros. Los menores conocen la oficina y saben que pueden llamarnos y visitarnos.

¿Usted ha visitado a los menores tutelados?
— A casi todos, me quedan dos o tres centros. Pero he estado. Físicamente. Que quede claro que voy a estar donde estén las y los menores tutelados. Se pone el foco en ellos, pero hay que recordar que si nos llegan casos es porque han demandado este servicio (la Oficina). Por otra parte, es importante entender que a las niñas con tutela, hay que protegerlas especialmente porque están doblemente estigmatizadas. Son víctimas y están vulnerabilizadas.

Porque otra cuestión son las largas lista de espera para jóvenes tutelados en edad de emancipación.
— La situación de la vivienda para la emancipación es un tema que preocupa mucho. Esos menores tienen que dar el salto de los centros de protección a pisos y es necesario que sus derechos se preserven. Sé que hay una larga lista de espera, porque es algo que he vivido de primera mano. Desde la OBIA y el Govern se está trabando en ello. Es un problema que lo tenemos muy presente y estamos todos muy sensibilizados.

¿Qué le parece que hagan una película con el caso de la prostitución de menores en Mallorca?
— No lo sé. Primero esperaré a ver la película.

Otro tema es la pobreza infantil. Uno de cada tres niños están en riesgo de exclusión y pobreza en Balears.
— Será otro de los temas que se pongan sobre la mesa junto con todo tipo de medidas para no llegar a esa situación de pobreza. Estos indicadores no son de ahora y se deben establecer más políticas porque nos preocupa y es un tema muy importante para la OBIA.

¿Hay más casos de víctimas en la pornografía de lo que imaginamos?
— Hay casos porque los menores pueden acceder fácilmente a este contenido. Estamos trabajando en ello, porque por suerte tenemos muy buenos profesionales en Baleares y hay mucha información para saber cómo actuar.

Vox abogó por eliminar esta Oficina pero luego cambió de opinión.¿Cómo altera esta mirada y qué significaría que no existiera vuestro servicio?
— Ellos vinieron a la oficina para conocer nuestro trabajo, pero con ellos (Vox) no hay ningún problema. La OBIA es importante en sí, da igual si yo estoy o quién esté. Hay muchos niños que necesitan mecanismos de defensa, y aquí se los damos. Lo que pasa que habrá personas que todavía no sepan lo que hacemos. Porque nosotros defendemos que no se vulnere ningún derecho de los menores.