Alumnos entran al IES La Ribera ante la presencia del guarda de seguridad. | Pere Bota

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Son las 8.45 horas de la mañana y los alumnos del IES La Ribera, en Can Pastilla, van entrando de forma continuada. Algunos han llegado en autobús escolar, la mayoría lo hacen caminando y a otros los acompañan en coche hasta la entrada. Una pareja de policías locales se ocupa del tráfico, que durante un rato altera la quietud de la tranquila zona residencial en la que se encuentra el instituto. Esta descripción se podría replicar en tantos otros centros de Mallorca, pero la presencia de un vigilante de seguridad en el acceso principal recuerda la compleja situación con la que debe lidiar el profesorado, el alumnado y sus familias.

La Conselleria d’Educació anunció el viernes que pondría seguridad privada en este instituto, donde dos días antes cinco familiares de un alumno del centro agredieron a otro joven de 12 años dentro de las instalaciones. Todo empezó tras una pelea entre dos alumnos en el interior del centro, cuando uno golpeó al otro en la boca y le provocó una herida sangrante. El agredido avisó a sus familiares de lo ocurrido e instantes después cinco adultos accedieron al centro por la puerta principal, entraron en el edificio, donde les esperaba el menor, y poco después, localizaron al presunto agresor, que estaba en una zona del patio, y le pegaron mientras varios profesores intentaban separarlos.

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La decisión de poner seguridad privada se tomó a petición de la propia dirección del instituto, y desde el lunes ya cuentan con un guarda que vela por la convivencia. La asociación de madres y padres y los responsables del centro prefieren no hacer declaraciones a la prensa sobre esta situación, que tras salir en los medios ha entorpecido el trabajo interno que estaban llevando a cabo, según fuentes cercanas.

No es la primera vez que ocurre algo así en un instituto de Palma. En 2021 dos centros de Son Gotleu ya solicitaron seguridad privada. Los docentes de esos colegios, en los que hay conflictos, criticaron entonces el estigma al cual se les somete porque suelen ser casos extremos y puntuales, y que el problema de fondo es estructural, por una falta de inversión, pobreza y fácil acceso a drogas en la calle.

Punto de vista

«Me gustan los docentes, pero mi hija está insegura»

«Mi hija va bien, es un buen lugar para aprender y estoy contenta con los profesores, pero últimamente me planteo si cambiarla de instituto porque mi hija se siente insegura», explica una madre. «Me dice que hay peleas, en breve habrá una reunión y supongo que se tratará todo esto», señala, y añade que otra madre que conoce no tiene esta percepción.