Se hizo arquitecto en Barcelona, siendo alumno de JA Coderch y JM Jujol. Como alférez (milicia universitaria) trabajó en la carretera militar al Cap Blanc. Participó en el cálculo de la estructura del Auditorium (luego dirigiría las obras). Al volver a Mallorca, ya como arquitecto y pronto con familia, los escasos colegiados existentes entonces (con él eran seis) se dividían el territorio de la isla para asegurar el servicio. Ejerció durante los años del boom turístico y urbanístico de Palma, y de la Isla, con numerosos bloques de pisos y hoteles, y muchas urbanizaciones, siempre en estilo racionalista con un toque a veces «local». Con JA Coderch dirigió las obras del Hotel de Mar. Salvó el claustro de Sant Antoniet integrándolo en su proyecto del Banco de Bilbao. Participó en la aventura hotelera mallorquina en el Caribe. Fue también arquitecto municipal de Ciutat y jefe del servicio técnico, así como Gerente de Urbanismo.
Colaboró con el equipo del arquitecto catalán Ribas-Piera en el planeamiento de la ciudad en los 70. El nombre «femenino» de la vía de Cintura es debido a su origen francés, y el gran ancho del puente que forma dicha vía sobre la «cuña verde» fue su empeño en mantener al máximo la salida al campo del futuro gran parque urbano de Palma.
Son suyos el complejo escolar «Madre Alberta» de Son Rapinya y, en la mínima escala, la capilla de Cala-Blava. También la nave «transparente» de la Coca-Cola pegada a la autopista del aeropuerto, o el edificio Miret (c/ Aragón esquina Uetam), como ejemplos destacados. Promovió la separación y formación del Colegio de Arquitectos de las Islas Baleares y redactó el plan del actual campus de la UIB en la carretera de Valldemossa. Para los que le conocieron fue una persona accesible y entrañable. Para su familia, un buen padre y un buen ejemplo vital.
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Bona persona, i bon professional. E. P. D.