Cuenta Joan Ramis-Pujol que al idear la nueva Fàbrica Ramis, pensó en un plazo de futuro de quince años. «A través del cambio de un edificio se pueden hacer proyecciones a futuro sobre su impacto social en los alrededores», dice este empresario que también ejerce de profesor de ESADE, en la materia de Innovación y Creatividad para Administración de Empresas. Reconoce que «también es un primer paso hacia la gentrificación, aunque deberíamos preservar la cultura local». El impacto de un edificio así puede tener un efecto contagio muy positivo en la zona.
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