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Conocer los secretos mejor guardados del Parque Natural de Cabrera será posible a partir de 2008 gracias al centro de Interpretación de Cabrera. El hecho de que el 80 por ciento sea submarino, limita mucho las posibilidades de conocer una de las mayores riquezas del Mediterráneo.

Durante el recorrido, el visitante podrá percibir prácticamente las mismas sensaciones que tendría si estuviese en el Parque Nacional. El viento, el olor a humedad, el sonido del mar y el de los pájaros estarán presentes en las diferentes etapas de la visita.

La entrada se realiza por una gruta marina, por la que los visitantes se sumergen en el mar, mientras ven romper las olas en los cristales de arriba y sienten su sonido. La sensación de humedad también está presente, gracias a los microdifusores de las puertas.

A continuación, se pasa a la zona de puerto, en la que los grupos se dividen en unas 20 ó 30 personas y se accede a la sala de cine de tres dimensiones. Aquí se proyecta una película virtual, que permite a los visitantes «bucear» por el Parque Nacional. El recorrido subacuático arranca a los 1.500 metros de profundidad y progresivamente se asciende hasta los 60 metros de profundidad. Al abrirse la puerta corredera, el visitante pasa a bucear desde los 60 metros hasta 10 metros de profundidad. A medida que se va ascendiendo aumenta la visibilidad, van apareciendo más especies en los diferentes acuarios y se van intensificando los sonidos.

Al llegar a la zona de puerto, se asciende por un ascensor y se sube por el frente del acantilado hasta llegar al medio terrestre. Al salir del ascensor se entra dentro del cono, donde se perciben, gracias a los efectos, los nidos de las gaviotas, la cueva azul, el oleaje, los cangrejos, etc.

Posteriormente, se accede a una plataforma elevada en la que se sientan los visitantes. Aquí se corre el telón y se contempla el medio terrestre de Cabrera, representado por una zona de acantilados con su vegetación, mientras que en cuatro o cinco pantallas de televisión se reproduce la fauna de la zona.

Después, la plataforma comienza a subir y cae una cortina de agua, en la que se proyectan imágenes en dos dimensiones; de fondo se sigue viendo el acantilado.

De repente la plataforma se para, y en ese momento comienza a soplar el viento y a oler a algas.
La visita permite disfrutar desde un amanecer, pasando por un atardecer, y un anochecer. Este último es espectacular, ya que unos 2.000 puntos de luz con fibra óptica recrean el cielo estrellado de Cabrera.

La plataforma vuelve a iniciar su movimiento, comienza la cortina de agua y se proyecta el vuelo de un ave marina de Cabrera. El visitante tiene la sensación de que está volando, y se despide así de la Isla.

A continuación, la plataforma vuelve a subir hasta llegar a la terraza del Centro de Interpretación. Desde este mirador se pueden ver las diferentes Islas del Archipiélago de Cabrera distribuidas sobre el estanque. También está la escultura de un barco hundido, el esqueleto de una ballena, etc. Si se accede a otro mirador superior se puede contemplar el Archipiélago de Cabrera real.

Además de en la terraza, también se puede entrar en la espiral del tiempo, donde hay un preludio del mural desplegado de 500 metros, que se contempla cuando se inicia el descenso.