Quienes deseen manifestarse, una actividad permitida en el país hasta ahora pese al confinamiento, deberán hacerlo en grupos de veinte, con un total de menos de dos mil personas que no podrán estar a más de un kilómetro de sus casas. La limitación se extiende también a los rezos conjuntos, lo que afecta sobre todo a las comunidades ultraortodoxas, contrarias a la medida.
El Parlamento (Knéset) aprobó la controvertida medida tras horas de debate bien entrada la madrugada (sobre las 4.30 hora local), después de que la oposición criticase con dureza la iniciativa gubernamental.
El Likud de Netanyahu llegó a un pacto con su socio de coalición, Azul y Blanco, para adoptar la prohibición durante una semana, con la posibilidad de prolongarlo aunque, según informó el Times of Israel, demandó en un primer momento que se pudiera imponer esta limitación también fuera del periodo de confinamiento. Este debería acabar el próximo 10 de octubre, pero Sanidad ya ha indicado que todo apunta a que será prorrogado.
La prohibición entrará en vigor hoy mismo, tendrá una duración inicial de una semana y se podrá ampliar posteriormente hasta un máximo de tres con el visto bueno gubernamental. Pero solo se podrá mantener con el país bajo confinamiento general, y no cuando este se sustituya por cierres parciales.
Se espera que se reduzcan considerablemente las protestas contra Netanyahu, que han llegado a congregar a entre 10.000 y 20.000 personas algunos sábados, la mayoría frente a su residencia oficial en el barrio jerosolimitano de Rehavia.
Durante el debate parlamentario, cientos de personas se manifestaron ante la Knéset contra una medida que consideran «draconiana».
El líder de la oposición, Yair Lapid, señaló en su intervención, irónicamente: «He venido a ver si todavía puedo hablar frente al pleno, porque ese es el próximo paso: dirán que por el coronavirus no puedo ponerme en pie aquí y hablar en nombre de la oposición».
El diputado del conservador Israel Nuestro Hogar Eli Avidar calificó la prohibición de «un ataque a los ciudadanos de Israel» y aseguró que una vez aprobada el país «ya no podrá ser llamado la única democracia en Oriente Medio» porque se habrá convertido «en una dictadura», informó el digital Times of Israel.
Las protestas contra Netanyahu, que se repiten semanalmente de forma masiva desde hace más de cuatro meses y en formato más limitado desde hace más de un año, muestran rechazo al primer ministro por su procesamiento en tres casos de corrupción y su gestión de la pandemia y de la crisis económica que esta ha generado y piden su dimisión.
2 comentarios
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Netanyahu quiere salvar su pellejo porque el público se ha estado manifestando contra su corrupción durante meses y las multitudes están creciendo. Esto no tiene nada que ver con Covid, tiene que ver con él tratando de desviar la atención de su corrupción.
Netanyahu hace lo correcto ya rezaremos en otra,lo importante es detener la pandemia En israel pais en guerra constante,hay mucho traidor y agitador...increible