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Si la semana pasada se analizaba en esta sección cómo se habían comportado las bolsas en las últimas semanas mostrando un mundo a tres velocidades (muy alta Wall Street, buena en Europa y negativa en emergentes), también hay que valorar las diferentes velocidades a que se mueven los índices europeos, dentro de un comportamiento positivo en general.

Parece que, a riesgo que el último dato de inflación de Estados Unidos de este miércoles influya más de lo que lo ha hecho en las bolsas europeas al conocerse, los resultados empresariales están volviendo a dominar los mercados.

Tiene todo el sentido porque al invertir en bolsa lo que se hace es comprar empresas: en los resultados empresariales, tanto en los presentados como en los planes de futuro, ya están integradas las variables macroeconómicas.

Todas las empresas descuentan inflación más o menos duradera, falta de abastecimiento o, por ejemplo, riesgos geopolíticos. Aun así, parece que será, al menos lo está siendo, una temporada de resultados muy buena, con la mayoría de empresas europeas superando estimaciones (por lo tanto serán mejor valoradas por el mercado que antes) y presentando unas previsiones muy positivas para el entorno en que vivimos.

Pero no todas las bolsas europeas lo están haciendo igual, formándose tres bloques: un primero situado muy por encima de niveles preCOVID e incluso de máximos históricos, donde están el DAX alemán, el CAC francés o el AEX holandés, aunque el primero está algo rezagado de los otros en 2021. El segundo lo integran el EuroStoxx y el MIB italiano que sí han conseguido rebasar niveles preCOVID pero están lejos de los máximos históricos y el tercero con FTSE británico e IBEX que todavía no han recuperado los precios de febrero de 2020.

Mucho se ha hablado en esta sección del diferente comportamiento sectorial pero en las bolsas europeas no está tan marcado: es verdad que DAX tiene tecnología pero muy concentrada en SAP y al mismo tiempo los valores cíclicos como automóviles o banca ponderan mucho.

Otro “desconcierto” sería comparar el MIB italiano con el IBEX español: ambos con mucha banca y energía se habían comportado muy mal en los últimos años, sin embargo en los últimos meses se han separado a favor del índice italiano.

Una explicación puede ser la incertidumbre política que siempre afecta y en el caso del IBEX especialmente a sus eléctricas. Esta explicación podría valer también para el FTSE británico en pleno Brexit.

Aun con estas tres velocidades, está claro que todos presentan una dirección alcista; una forma de protegerse ante un giro de la misma es buscar soportes sólidos que, en caso de perderse, podrían marcar un cambio de tendencia.

Al estar en máximos históricos, los objetivos del DAX o del CAC son más complicados aunque se podrían hacer proyecciones. Sí serían más relevantes los soportes: 14.800 y 13.800 en el germano y 6.100 en el francés.

En el caso del IBEX más importante que el soporte (que estaría en 8.450) es ver si puede romper la resistencia de 9.200.

Por último, el EuroStoxx está cerca de un objetivo importante (los 4.750 puntos) y mantiene su suelo en 3.800.