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Si la semana pasada en esta sección se “culpaba” a la crisis política italiana de la caída de las bolsas europeas, ahora hay que añadir la crisis política española.

Estos acontecimientos han hecho mella en la confianza del mercado, si bien ha habido recortes en todas las bolsas (en parte porque veníamos de varias semanas muy positivas), la italiana y la española, como no podía ser de otra manera, se han visto más castigadas.

En momentos así se pone más en valor la búsqueda de soportes consistentes, ya que otras previsiones y análisis se pueden anular de un día para otro, al menos en el corto plazo, a la espera de ver si afectará a las empresas realmente.

Con el primer impacto, tras la sentencia de la Gürtel y el anuncio de presentación de la moción de censura, el IBEX acabó la semana pasada en el primer soporte que marcábamos, los 9.800-10.000 puntos (concretamente en 9.826,5). Sin embargo, esta misma semana con el agravamiento de la crisis política italiana se perdió ese nivel. ¿A dónde se dirigió? En primer lugar a los 9.500 (hay que recordar que se marcaba como soporte débil) y se encamina hacia los 9.200 (realmente es el rango 9.300-9.200 que debería frenar las caídas). Sí es mucho más preocupante la pérdida de este último soporte porque ya habría que buscar otros en 8.500 o 7.700, lo que ya supondrían pérdidas difícilmente asumibles.

A partir de ahora pueden darse tres movimientos: (i) que la crisis política vaya avanzando pero que los mercados no lo tengan muy en cuenta al seguir con crecimiento económico y con buenas presentaciones de resultados, en este caso se aguantarán soportes pero el IBEX irá detrás de otras bolsas europeas; (ii) que se contagien los mercados, se rompan soportes y por tanto haya que deshacer inversiones; o (iii) que todo sea un simple ruido y se rebote en soportes para atacar resistencias como los 10.600 o los 11.000.