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El pasado 19 de febrero, víspera de la gran Feria de Turismo Fitur, el Foro de Liderazgo Turístico organizado por Exceltur acogió un interesantísimo panel titulado: “Cuba, una historia de éxito turístico: oportunidades ante una nueva realidad”.

En el panel, magníficamente moderado por Carlos Vogeler, director ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo; el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, y dos empresarios con experiencia en el país, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, y mi hijo Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente y consejero delegado de Meliá, debían repasar la historia del sector turístico en Cuba, su situación actual y las perspectivas ante una progresiva normalización de sus relaciones con los Estados Unidos y un futuro levantamiento del embargo.

La historia de éxito de nuestra compañía en Cuba fue uno de los ángulos que despertó más interés: nuestra llegada a Cuba hace casi 30 años, decididos a construir un gran destino turístico, y las claves de nuestro liderazgo y entendimiento con los cubanos, que como explicamos giran en torno a la seguridad jurídica, el cumplimiento estricto de los compromisos adquiridos, la visión que compartimos de un desarrollo sostenible para el destino, la confianza y el respeto a la propia singularidad e idiosincrasia cubanas, que hacen de Cuba un destino absolutamente único.

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Sobre un previsible desembarco de las empresas norteamericanas en la isla (la cuestión más candente en el encuentro) el ministro alabó las bondades de la competencia, que incitará a todos a invertir y mejorar la oferta existente y la nueva, y a ser más competitivos en general. El vicepresidente de Meliá abundó en este punto al recordar cómo Meliá lleva años renovando sus hoteles e introduciendo una oferta hotelera más diversificada y adaptada a los estándares de calidad que requieren los clientes estadounidenses en el Caribe, pues según las estimaciones a partir de que se levante el embargo sobre Cuba llegarán a la isla entre uno y dos millones de turistas anuales procedentes de los Estados Unidos.

El ministro, con la visión de largo plazo de que hacen gala los grandes políticos, cautivó al auditorio al responder, a una pregunta del moderador, que “desde la Revolución, en Cuba siempre hemos valorado a aquellos que no nos dieron la espalda por razones políticas”. Marrero continuó afirmando que “los que nos ayudaron a desarrollar el turismo en Cuba, afrontando duras críticas o incluso boicots en su día, siempre estarán en nuestros corazones y tendrán un papel relevante en el futuro desarrollo turístico del país”. “ Los norteamericanos serán muy bienvenidos a Cuba, pero tendrán que aprender a bailar al son de la música cubana”, concluyó.

Y es que Cuba se merece un futuro de mayor apertura y prosperidad pero debe sin duda mantener sus esencias y conservar intacto aquello que la ha hecho merecedora de llamarse “la perla del Caribe”.