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Justo antes del terremoto de la bolsa china, analizábamos el comportamiento de la bolsa americana, especialmente de su índice tecnológico de referencia, el Nasdaq, ya que había roto sus máximos anuales y se estaba acercando a los históricos que datan del año 2000, justo antes de explotar la burbuja tecnológica. Pues bien, apenas cuatro meses después se vuelve a encontrar en la misma tesitura, intentando consolidar por encima de los 4.670 que marcó en julio y en caso de conseguirlo, ubicando su siguiente objetivo en la gran resistencia de 4.900 a la que llegó en abril de 2000.

Tomando en consideración el análisis técnico, en caso de superarse estas dos resistencias, especialmente la última, se deberían activar muchas señales de compra, debido a que si se ven precios más altos significa que el mercado ha dejado de tener en consideración esos niveles para vender.

Como complemento está el análisis más fundamental que valora las compañías en función de su entorno macroeconómico, su competencia, sus resultados o sus previsiones entre otras cosas, en base al cual se puede apreciar cómo estas empresas, si bien no están muy caras, tampoco están baratas, incluso hay analistas que auguran otra nueva burbuja al llegar a los precios de la anterior. Sin embargo parece obvio que no son los mismos valores en el año 2000 que ahora, en una parte por la inflación y en otra porque el sector ha cambiado mucho en estos años.

En caso de que el Nasdaq supere sus máximos históricos y el S&P también, que coinciden con los anuales, se puede añadir algo más de este mercado en una cartera de bolsa, siempre con stops de pérdidas por debajo de los niveles comentados por si los más agoreros tienen razón. Además, hay que valorar la posibilidad de cubrir la divisa para disminuir el riesgo, pero teniendo en cuenta que la tendencia alcista del dólar se ha fortalecido, siempre con cuidado a su reacción cuando llegue a 1,05.