Diferentes, originales y con un diseño inconfundible. Esta bota de Tony Mora combina la piel de toro y pitón en verde y negro. | Silvia Petit

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Justo antes de entrar al pueblo de Alaró se encuentra la tienda y fábrica Tony Mora que desde 1918 elabora artesanalmente botas para hombres y mujeres de medio mundo. A primera vista las botas de Tony Mora ya enamoran por su estilo único y auténtico, pero cuando las pruebas se convierten en un calzado imprescindible.

Son diferentes, originales, con diseños irrepetibles, auténticas, elaboradas de manera artesanal y con pieles y materiales de primerísima calidad. Por estos motivos y muchos otros, la firma Tony Mora es una de las más deseadas en lugares como Israel, Brasil, Alemania, Benelux y así hasta 22 países.

El mallorquín Tolo Cardell es actualmente la cara visible de la marca Tony Mora. Cardell nos enseña la fábrica y nos contagia su pasión por el calzado de calidad. Nos cuenta cómo se hace cada uno de los modelos y nos pasea por cada rincón donde se crean estas originales botas.

Tolo Cardell lleva toda la vida haciendo botas, desde los 14 años, y después de trabajar con la propia familia Mora decidió comprar la fábrica y seguir con su sueño de hacer buenas botas. En estos casi 100 años de vida de Tony Mora se han elaborado miles de modelos con todo tipo de pieles como cocodrilo, iguana, toro, avestruz, serpiente e incluso anguila. Pieles que se tratan, se cuidan, se tiñen de todo tipo de colores y se trabajan entre ellas para dar como resultado una bota única en el mundo. El calzado se compone de piezas que se trabajan una a una, y que con mucha maestría se van uniendo entre sí, para dar como resultado unas botas completamente personalizadas.

Los maestros del calzado cuidan todo el proceso de creación, desde que llega la piel con la que trabajan y hasta la colocación de la suela.

La fábrica de Tony Mora siempre se ha dedicado a la elaboración de botas porque “desde un principio se nos enseñó a hacer este calzado y estos modelos y hemos querido ser fieles a ellos, ya que lo mejor es especializarse en un producto concreto y apostar por él. La mayoría de fábricas que han querido trabajar todo tipo de modelos, sin especializarse en uno determinado, han terminado cerrando”, cuenta Tolo Cardell. En Tony Mora se diseña todo tipo de botas y botines con diferentes tipos de piel y se les da un acabado único con remaches, flores bordadas o tachuelas. Para Tony Mora no hay límites, y si el modelo no existe, lo inventan.

Para esta fábrica mallorquina la crisis también es una realidad, pero Cardell asegura que “aunque ya no podemos financiar a nuestros clientes porque los bancos no dan créditos y eso es un problema, con esfuerzo y optimismo se sale adelante”.

Por la pequeña tienda de Tony Mora en Alaró llegan a pasar en verano más de 4.000 personas de todo el mundo que buscan llevarse de la isla unas botas únicas made in Mallorca.