Lo dijo Antonio López: «Cuando estudiaba en la Academia de Bellas Artes ya se hablaba mucho de Gregorio Prieto, no tanto como de Picasso o Dalí, pero se hablaba». Prieto (1897-1992) fue uno de los grandes pintores de la España del siglo pasado y, desde luego, el más literario, era amigo de todos los poetas de la Generación del 27, especialmente de Rafael Alberti y sobre todo íntimo de García Lorca (el retrato que le hizo fue icónico) y también alojó en su casa londinense del exilio a un siempre concéntrico y excéntrico Luis Cernuda. Trató incluso, aunque levemente, a otros dos grandes, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Y a muchos otros genios, desde Picasso a Chagall, aquel mundo parisino de la bohemia del que Gregorio fue epígono.
El trazo isleño de Gregorio Prieto
La huella mallorquina del pintor, que visitó la Isla entre 1958 y 1960, se traslada a algunas de sus obras
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1 comentario
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Ni mucho menos pretendo otorgarme conocimientos de pintura, pero por lo menos a este cuadro le veo falta de perspectiva, falta de tonos en los colores usados y falta de conocimientos mínimos de construcción rural. Yo no lo colgaria en mi casa, desde luego.