—¿Con qué se van a encontrar los mallorquines cuando vayan a ver Iba en serio?
—Con una función que habla de esas cosas que nos atañen a todos. Me encanta subirme al escenario porque se viven un montón de experiencias. Ha funcionado igual de bien en Bilbao que en Canarias. No ha habido público que no se haya puesto en pie ni se haya ido con una sonrisa. Eso me satisface, porque no quiero sentir que me he aprovechado de mi popularidad para atraer a nadie.
—¿Cómo le animaron a adentrarse en un reto como este?
—Siempre había soñado con hacer teatro y después de varios intentos fallidos surgió la posibilidad de musicar mi libro. La verdad es que para mí ha sido más sencillo empezar interpretándome a mí mismo, y el resultado ha sido incluso mejor de lo que yo pensaba.
—Creo que no había mucha gente que supiera que Jorge Javier Vázquez cantaba.
—Es una de las cosas que mas me gusta hacer y llevo preparándome desde hace años. Todavía me pellizco porque no me lo creo. No soy Pavarotti, pero hemos cogido un repertorio que puedo asumir, versiones de canciones muy conocidas y que le gustaran al público.
—¿El espectáculo es totalmente autobiográfico o hay algo de ficción?
—Hay un poco de todo, como en mi novela; el autor ha tenido total libertad en cuanto a eso. Pero no me gusta decir cuáles son reales y cuáles no, prefiero que la gente se haga sus propias cábalas.
—¿Nos puede adelantar alguna de esas anécdotas?
—Preferiría no hacerlo porque me gusta que los espectadores lleguen vírgenes al teatro, que se dejen sorprender por lo que allí se encuentran.
—¿Se habla de política en este espectáculo?
—Afortunadamente, no. Solo faltaría que el público tuviera que soportar charlas de política en el teatro.
—¿Quiere pronunciarse respecto a la reciente polémica que tuvo con Podemos?
—No. Creo que a la gente ya le sobran opiniones, al final todo el mundo tiene la suya.
—Dentro de poco le veremos presentando la nueva edición de Gran Hermano, sustituyendo a Mercedes Milà. ¿Cómo afronta esta nueva aventura?
—Lo afronto con muchísima ilusión. Sé que hay mucha gente que es seguidora del programa y a mí me encanta hacer cosas que den que hablar.
2 comentarios
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Tan solo divagar ni por un momento que se pudiera comparar semejante sujeto a Pavarotti, es un insulto a la inteligencia. Es como comparar a Ramoncin con Robert de Niro. Quien vive de contar las miserias de los demás demuestra la catadura moral de nuestra sociedad. Que este tipejo gane veinte veces más que un científico , es para reflexionar a donde va nuestro país.
Qué asco...