Imagen de la escalera helicoidal que preside el casal de Can Prunera.

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A.LARGO/A.BUSQUETS El pasado martes, Can Prunera abrió sus puertas al público. Un día antes, las principales autoridades políticas de las Islas respondían a la invitación de la Fundació Tren de l'Art y el Ferrocarril de Sóller y asistían a la inauguración del nuevo Museu Modernista de Sóller.

Muchos de ellos aseguran que ya conocían el proyecto ideado para el casal, pero la realidad parece haber superado cualquier posible expectativa de lo que, finalmente, es este museo, referente del modernismo en Mallorca. Así, todos coinciden en alabar el «valor arquitectónico y artístico» de Can Prunera, como apuntó la consellera Bàrbara Galmés, destacando la ornamentación, el mobiliario, sus pinturas murales y la obra de los artistas que integran la colección permanente del museo. Jaume Carbonero precisó, por su parte, «la calidad muy destacable del proyecto de rehabilitación». Opinión compartida por el alcalde del Sóller, Josep Lluís Colom, quien reconoció que «el casal ha recuperado su esplendor».

Visita obligada
La apertura de este edificio-joya, según los políticos cuestionados, marca un antes y un después en la oferta cultural de la Vall y de Mallorca, convirtiéndose en «un centro de visita obligada» para quienes deseen conocer la historia y arte de Mallorca o vinculado a la Isla, según sostuvieron las conselleras Francisca Vives y Joana Barceló. De este modo, la mayoría coincide al subrayar el atractivo turístico del nuevo museo. «El casal conjuga actividad comercial, artística y turística», comentó la regidora de Cultura del Ajuntament de Palma, Nanda Ramon, quien destacó que «Can Prunera recibirá muchas visitas, que es el objetivo de cualquier fondo artístico».

Las jornadas puertas abiertas se mantienen hasta el domingo, de 10.30 a 18.30.