Varias personas participan en bicicleta en una manifestación por la movilidad sostenible, a 19 de noviembre de 2023, en Madrid (España). | Ricardo Rubio - Europa Press

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Una treintena de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, se han unido para reclamar que se avance en la mejora de la calidad del aire, la movilidad activa y la lucha contra el cambio climático en la ciudad de Madrid.

Este domingo se están desarrollando en toda España un buen número de movilizaciones bajo el lema 'Ni un paso atrás en movilidad sostenible', sobre todo en aquellas ciudades donde los equipos de gobierno municipales surgidos tras las elecciones de mayo de 2023 han apostado por «un retroceso» en estas políticas.

Valladolid, Logroño, Elche, Málaga, Gijón, Castellón, Sigüenza, Coslada o Bilbao, son algunas de las ciudades que hoy tienen actos públicos para denunciar estas dinámicas.

Los "retrocesos" de la capital

Madrid también participa en estas movilizaciones, aunque en la capital la situación es de continuismo, «lo que significa una parálisis en cuanto a un verdadero avance en políticas de movilidad sostenible, cuando no de retrocesos claros sobre lo poco que se había avanzado».

Entre dichos retrocesos, los ecologistas señalan la «falta de ambición» en las zonas de bajas emisiones y excepciones constantes para reducir su capacidad de reducción de la contaminación y limitar el tráfico, las prórrogas a vehículos contaminantes y a la imposición de multas y la «falta de actualización» de las medidas para mantener su eficacia.

«De hecho, Madrid Central está tan atascada como antes de su implantación. Hay una completa ausencia de comunicación sobre la existencia e interés de estas zonas de bajas emisiones, así como un conformismo en la lucha contra la contaminación a pesar de que los niveles de dióxido de nitrógeno multiplican por tres los límites recomendados por la OMS, y cada año se siguen incumpliendo los límites legales en ozono», han indicado.

Los ecologistas también denuncian que se siguen reformando calles cuyas aceras no cumplen el ancho mínimo que establece la normativa estatal de accesibilidad. «Hay también un retroceso en medidas de pacificación del tráfico alrededor de los centros educativos. Recientemente se suspendieron los cortes de tráfico matutinos en la calle Juan Esplandiú, que llevaban cinco años funcionando, a pesar de que permitían un acceso mucho más seguro y saludable a los colegios de la zona y eran bien aceptados por el vecindario», apuntan.

Los manifestantes critican el «escasísimo apoyo» a la movilidad ciclista en Madrid. «A pesar de la ampliación de Bicimad y la ejecución de algún carril bici, no hay apenas avances para la implantación de una Red Ciclista de carriles bici protegidos. Se han realizado numerosas reformas integrales de calles sin contemplar la infraestructura ciclista pese a que forman parte de la Red Básica Ciclista aprobada por el Ayuntamiento en 2008 y revalidada en 2017 y, a menudo, hasta con proposiciones a favor de las Juntas de Distrito», indican.

Igualmente, destacan que hay un «mínimo control de la velocidad» de los vehículos motorizados, sobre todo en calles y carriles con limitación 30 o 20; «escasez de aparcabicis y los que existen muchas veces son impracticables» por una ocupación excesiva por parte de empresas que explotan patinetes y bicis compartidas.

«Es frecuente la señalización vertical y horizontal excluyente en áreas restringidas que prohíbe el paso de bicicletas, mientras que se permite a los vehículos de residentes, carga y descarga, basura, autobuses, etc», agregan.

Los ecologistas se quejan de la creación de más aparcamientos en el Centro. «Ahora se cede a empresas privadas la explotación de aparcamientos que han caducado sus concesiones y se avanza en la construcción de nuevos aparcamientos también de gestión privada (Bernabéu, Niño Jesús, etc.) que atraerán más tráfico al centro urbano», reseñan.

Los manifestantes reprochan al Ayuntamiento de Madrid que carezca de medidas ambiciosas para reducir el tráfico. El Plan A (Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático de la Ciudad de Madrid), aprobado en 2017 y vigente todavía, tenía 30 medidas.

La primera de ellas era Madrid Central, que se puso en marcha en 2018, mientras que la siguiente era el 'Rediseño de las vías principales de distribución del tráfico y conexión periferia-centro', que contemplaba «la redistribución del espacio en calzada, con reducción de carriles destinados al automóvil, permitirá el establecimiento de plataformas reservadas para el transporte público en superficie en ambos sentidos y la integración de la movilidad ciclista y peatonal», una medida que «ha quedado olvidada».

En el resto de zona metropolitana y también en la Comunidad de Madrid se dan dinámicas parecidas que promueven también la insostenibilidad de la movilidad en la capital, según Ecologistas en Acción.

Así, aseguran que el Gobierno regional está elaborando un nuevo plan de carreteras con numerosas ampliaciones de viario; municipios como Getafe, Alcalá de Henares o Torres de la Alameda están «desmantelando carriles bici»; los carriles Bus-Vao «no pasan jamás de las promesas a la realidad, etcétera».

Para denunciar estas situaciones y exigir un cambio de rumbo las organizaciones convocantes han organizado una marcha reivindicativa en bicicleta, que ha partido de Cibeles, pasando por Plaza Elíptica, uno de los lugares más contaminados de Madrid , y por el Paseo de Yeserías, donde se han encontrado con los colectivos que se oponen a las talas de arbolado asociadas a la construcción de la línea 11 de Metro.

De vuelta a Cibeles, las personas ciclistas se han unido a aquellas que se han concentrado frente al Ayuntamiento, para ir enumerando «los retrocesos y falta de ambición» del Gobierno municipal en materia de movilidad sostenible.