Jornada del curso teórico-práctico de trastornos de sueño | HOSPITAL VIRGEN DE LAS NIEVES

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El Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada ha celebrado la primera edición del curso teórico-práctico de trastornos de sueño, organizado por el Servicio de Neumología, para compartir conocimientos y experiencia entre los especialistas implicados en el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de esta enfermedad, cada día más frecuente.

Estas jornadas han contado con el aval de las sociedades científicas de Neumosur, Fenin y Separ y en ellas han participado ponentes de prestigio nacional y 60 asistentes de toda España, según ha informado el Virgen de las Nieves en una nota de prensa este lunes.

La jefa de Servicio de Neumología del Virgen de las Nieves, Concepción Morales, ha señalado que «los trastornos de sueño provocan una alta prevalencia de alteraciones neurocognitivas, comorbilidades cardiovasculares, accidentes laborales, accidentes de tráfico y reducción de la calidad de vida de pacientes y familiares».

Para evitar estos problemas de salud pública, la neumóloga coordinadora del Área de Sueño de Neumosur, Ana Mayoral, ha incidido en que «es fundamental el diagnóstico precoz desde Atención Primaria y que su abordaje sea multidisciplinar con la implicación de cada una de las áreas hospitalarias correspondientes».

La directora gerente del hospital granadino, María Ángeles García Rescalvo, ha valorado el trabajo de la unidad multidisciplinar en la que intervienen profesionales de Neumología, Neurofisiología, Otorrinolaringología, Pediatría, Endocrinología y Cirugía Maxilofacial para «garantizar la mejor atención a los pacientes».

La Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del Servicio de Neumología del Hospital Virgen de las Nieves realiza más de 3.000 estudios para la detección de trastornos del sueño al año, de los que 300 son videopolisomnografías completas con electroencefalograma.

Desde hace 15 años todos los estudios realizados en esta unidad cuentan con tecnología inalámbrica vía bluetooth. En ella se atiende cada año a más de 2.000 pacientes nuevos. El síndrome de apnea del sueño es uno de los trastornos del sueño más frecuentes.

Se considera una enfermedad muy prevalente, que, según la jefa de servicio, «además está infradiagnosticada, sobre todo en las mujeres en las que la clínica no es la triada clásica de ronquidos, apneas observadas y excesiva somnolencia diurna».

Esta prevalencia aumenta claramente con la edad y puede llegar a padecer este síndrome de forma grave hasta el 26 por ciento de los hombres y el 21 por ciento de las mujeres en población mayor de 65 años. Los menores también pueden padecerlo aunque con menos frecuencia, debido a obesidad infantil y la hipertrofia adenoide amigdalar por lo que cada vez es más prevalente.

En España, según los estudios realizados en diferentes subgrupos de edad, se estima que existen entre cinco y siete millones de personas que sufren apneas de sueño, de los que un alto porcentaje requieren tratamiento.

La apnea obstructiva del sueño consiste en pausas respiratorias numerosas durante el sueño y sintomatología diurna acompañante: cansancio matutino, somnolencia diurna exagerada, trastornos de ánimo sin justificación y otros síntomas.

El paciente suele ser roncador importante. El perfil más característico es un varón de edad media con sobrepeso, roncador, con respiración nocturna entrecortada y somnolencia diurna inoportuna.

El diagnóstico es clínico y se confirma mediante un estudio del sueño en el que se analiza la respiración, oxigenación, pulsaciones, electrocardiograma, movimientos torácicos y abdominales, ronquido y posición corporal.

En ocasiones, el estudio incluye sensores de electroencefalograma para estudiar las interrupciones del sueño. El principal tratamiento lo constituyen medidas dietéticas y de hábitos de sueño saludables: perder peso, evitar alcohol y relajantes por la noche, abandono del tabaquismo y mantener horas de sueño adecuadas.

A veces es necesario añadir un generador de aire ambiente a una presión determinada y constante que se adapta a la nariz mediante una mascarilla, denominado CPAP, con la que desaparecen el ronquido, las paradas de respiración, somnolencia diurna y otros problemas de salud secundarios a la apnea.

En pacientes que no lo toleran y en casos seleccionados existen tratamientos alternativos como los dispositivos de avance mandibular y el tratamiento postural, han concluido desde el Virgen de las Nieves.