La muestra puede verse hasta el próximo mes de septiembre con entrada libre y permite disfrutar de los 80 grabados en los que el pintor de Figueras hizo su particular interpretación de la famosa serie en la que Goya plasmó la degradación, los abusos y el fanatismo de su época.
La exposición se titula 'Salvador Dalí. Un grabador surrealista' y es casi inédita, ya que estas estampas de uno de los creadores más importantes del arte contemporáneo a nivel mundial "han podido verse en contadas ocasiones. Además, también incluye varios grabados de los 'Caprichos' originales para que el público pueda comparar las dos series y asistir al diálogo entre Goya y Dalí.
El pintor de Figueras fue un artista multidisciplinar. Durante su dilatada trayectoria despuntó como pintor, pero también cultivó la ilustración, la escultura, la escenografía, el cine, la fotografía, la publicidad, la moda, la joyería, la literatura, siempre con un acrisolado y reconocible estilo, tan singular como personal.
La obra gráfica no escapó a su insaciable laboriosidad y a mediados de la década de 1970 se sumergió en varios proyectos en los que amoldaba a sus postulados estéticos e ideológicos diversas obras cumbre de la historia del grabado y de la literatura. De esta forma, de 1973 a 1977 el artista ampurdanés se dedicó a reinterpretar los ochenta grabados que componen la serie completa de los 'Caprichos' de Goya.
Tras obtener, por medio del heliograbado, copias exactas de las planchas originales, Dalí trabajó sobre ellas con una combinación de técnicas que le permitieron recrear la sátira de la sociedad de su época hecha por el genio de Fuendetodos. Coloreó determinadas partes de las composiciones primigenias, que de esta forma quedaban resaltadas.
Incorporó elementos de carácter surrealista --relojes blandos, insectos, muletas-horquilla, cajones, llaves, alubias, regueros de
sangre, calaveras-- extraídos de su personal imaginario onírico e integrados sin estridencias en las creaciones goyescas. Y «descubrió» a los ojos del espectador figuras hasta entonces ocultas, hallazgos visionarios alejados de la belleza canónica o ideal que enriquecen todas y cada una de las estampas.
A su vez, Dalí modificó los títulos o leyendas que acompañaban a las imágenes del aragonés. Las dotó de un nuevo sentido o les arrebató todo sentido. Jugó con ellas con absoluta libertad, muchas veces sin lógica alguna, al azar, con una actitud dadaísta, provocadora y lúdica, basada en la sucesión de palabras, sonidos o
significados dispuestos de un modo aleatorio, de acuerdo al automatismo del método paranoico-crítico.
Sus invenciones sirvieron a Dalí para apropiarse y recalcar el empeño goyesco, que pone de relieve la degradación social, la ignorancia imperante y la injusticia, así como la fugacidad de la vida y el implacable paso del tiempo, haciendo un enfático hincapié en el componente sexual del ser humano, sojuzgado por la hipócrita moral dominante.
Los 'Caprichos' dalinianos fueron estampados en la imprenta de los talleres Rigal, en Fontenay-aux-Roses, con una tirada de 200 copias, numeradas y firmadas, más veinte pruebas de artista.
Por expreso deseo del autor, se expusieron por primera vez, en 1977, en el Museo Goya de Castres, en el mediodía francés, especializado en pintura española. En ese mismo verano de 1977, la parisina editorial Berggruen editó una 'plaquette' con la reproducción de los 'Caprichos' reinterpretados por Dalí.
Fechas y horarios
La exposición 'Salvador Dalí. Un grabador surrealista' puede visitarse de forma gratuita en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea los viernes, sábados y domingos, de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 horas.
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