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La Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de València, el Palacio Condal de Oliva (Valencia) cuyos restos se han perdido, el mítico 'fadrí' de Castelló de la Plana o el casetón del Palacio Condal de Cocentaina (Alicante), entre otros elementos emblemáticos del patrimonio cultural de la Comunitat Valenciana, pueden imprimirse en 3D desde cualquier lugar para que expertos puedan estudiarlos más de cerca, contar con réplicas exactas en caso de deterioro o ayudar a su divulgación.

El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) ha aplicado diferentes tecnologías de fabricación aditiva (FA), lo que se conoce como impresión 3D, y diferentes materiales, para llevar a cabo escaneos y réplicas de edificios singulares de la Comunitat, dentro de un proyecto bautizado como 3DRestaurAM y apoyado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) a través de los Fondos europeos FEDER de Desarrollo Regional.

El proyecto investiga y desarrolla materiales cerámicos y/o inorgánicos para emplearlos en la impresión 3D, pero a la vez ha alumbrado una amplia biblioteca de archivos digitales sobre edificios singulares de las tres provincias y en su web se pueden descargar ficheros para que cualquier persona pueda imprimir en 3D un elemento patrimonial valenciano, desde cualquier parte del mundo, reduciendo costes y tiempo para los restauradores.

Según detalla la responsable del Laboratorio de Caracterización Físico-estructural del ITC, Mª Pilar Gómez Tena, los expertos del instituto tecnológico, en colaboración con el departamento de Ingeniería de Sistemas Industriales y Diseño de la Universitat Jaume I, decidieron estudiar 30 piezas repartidas a lo largo de la Comunitat Valenciana. «En la mayoría de los casos, las piezas corresponden a la época renacentista y se seleccionaron por su interés cultural y singularidad», ha explicado a Europa Press.

En el caso concreto de las piezas de Oliva, «se trata de una reconstrucción patrimonial ya que no quedan restos físicos del palacio», ha destacado la responsable del ITC, que incide en que este es «un claro ejemplo en el que la FA puede ayudar en un futuro a la preservación y/o reconstrucción del patrimonio». «Aunque las tecnologías para realizar ficheros digitales son relativamente recientes, la creación de estos permite su reconstrucción fidedigna en caso de desastre natural, como ha ocurrido en el caso de la catedral de Notre Dame de París», ha apuntado.

En el plano tecnológico, el proyecto investiga materiales cerámicos y/o inorgánicos para emplearlos en la impresión 3D --por ejemplo, cemento, poliamidas, o materiales termoplásticos-- y emplea cuatro tecnologías de FA «punteras» como la inyección de aglutinante (BJ), la estereolitografía (SLA), la sinterización selectiva por láser (SLS) y la deposición de material fundido (FDM).

Del fadrí hasta la lonja de valència

Así, en el catálogo de 3DRestaurAM se encuentran, dentro del patrimonio castellonense, entre otros, la portada y arcada renacentista del Castillo-Palacio de Betxí; varios elementos de la Iglesia de Nª Sra. de la Asunción de Vistabella del Maestrat; y también uno de los emblemas de la ciudad, el proyecto más reciente, que es la torre campanario conocida como el 'fadrí'. La réplica de este último elaborada por el ITC alcanza 90 centímetros y pretende demostrar las posibilidades que ofrece una de las técnicas en las que se ha profundizado, Binder Jetting, que permite elaborar piezas de grandes dimensiones, utilizando composiciones de múltiples materiales en polvo con un gran reaprovechamiento de los mismos.

Además, los ficheros del proyecto incluyen también, en la provincia de Valencia, el ya citado palacio de Oliva, una ventana del claustro del Monasterio de San Jerónimo de Cotalba en Alfahuir; la portada de la capilla del Santo Cáliz de la Catedral de València y varios elementos de la Lonja de la capital. En Alicante,por ahora está un casetón del Palacio Condal de Cocentaina.

Ventajas en la conservación del patrimonio

La responsable del ITC ha explicado que, tradicionalmente, las piezas patrimoniales se han restaurado a mano por especialistas, pero esto presenta algunos «inconvenientes con respecto a la FA», principalmente el factor económico, ya que «una restauración de una pieza puede llevar largos años de estudios y pruebas», con elevados costes. Además, al ser trabajos artesanales, «la buena reconstrucción depende de la capacidad de cada restaurador y de los medios con los que cuente», ha comentado.

Por contra, la fabricación aditiva «permite una reproducción de las piezas de una forma idéntica independientemente del operario» y reduce el tiempo de la restauración, «ya que permite fáciles modificaciones en los ficheros y la realización de diversas pruebas en tiempos mucho más cortos».

En concreto, en el ámbito de la restauración, el proyecto facilita la reconstrucción de piezas dañadas. Además, mediante la fabricación aditiva, «se pueden hacer réplicas, tanto a tamaño real como a escala, que permitan su estudio y/o exposición en diferentes lugares, permitiendo así un estudio más exhaustivo de las piezas y la preservación de los originales», ha destacado Gómez.

Asimismo, en una primera etapa del proceso de impresión, las piezas deben ser digitalizadas --ya sea mediante escaneado o modelado"-- como un paso previo que permite contar con archivos de las diferentes piezas que permiten su almacenamiento digital.

«Esto posibilita contar con las piezas de forma casi inmediata y la salvaguarda en caso de destrucción o deterioro de las piezas originales. Además, las bibliotecas digitales públicas como la del 3DRestaurAM o scan the world universalizan el acceso a estas piezas (y su posible reproducción) que de otra forma sería mucho más difícil o imposible», ha destacado la experta.