Pese a la dureza del golpe encajado el pasado miércoles en Tudela, la plantilla del Palma Futsal no pierde la fe y espera darle la vuelta a una eliminatoria en la que necesita neutralizar el 6-2 de la ida para meterse en las semifinales.

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Todo o nada para el Palma Futsal. No hay otra salida para el conjunto que dirige Antonio Vadillo, que se juega esta tarde seguir vivo en los playoffs por el título o finiquitar la temporada mucho antes de lo esperado. Los de Ciutat, tocados en el orgullo después de ser atropellados hace solo unos días en Tudela (6-2), están obligados a ganarle por cuatro goles de diferencia al Ribera Navarra si aspiran a igualar una eliminatoria que, contra todo pronóstico, se ha puesto muy cuesta arriba. De lo contrario, se le cerrarán de golpe las puertas de las semifinales y el curso se habrá terminado.

La plantilla del Palma se enfrenta a un reto descomunal. Al encuentro más exigente de la temporada, que en este caso será el que sujete todo el proyecto que se ha ido desarrollando durante los últimos meses. Después de cerrar con una sonrisa la fase regular del campeonato y hacerlo agarrado a la tercera posición, el equipo se ha metido en un lío de los gordos en el primer examen que le planteaban unas eliminatorias que, a diferencia de otras temporadas, ha cambiado de formato. Para seguir adelante se tiene en cuenta el marcador global de los partidos de ida y vuelta y en el caso de que haya empate se disputa una prórroga. Si al agotarse ese tiempo añadido la igualada continúa, en lugar de acceder a una tanda de penaltis seguirá adelante en la competición el equipo mejor clasificado. Una circunstancia que favorecería al Palma, aunque para ello deberá recuperar antes esos cuatro tantos de desventaja que se trajo del último desplazamiento.

Imagen del Palau Municipal d’Esports, lleno hasta la bandera, durante un partido del Palma Futsal.

Precedentes

Aunque el paisaje en mitad de la serie es mucho más espinoso de lo que esperaban, la plantilla del Palma confía en la gesta. El equipo de Son Moix ya ha logrado marcadores como los que necesita en cinco ocasiones a lo largo de este curso y en temporadas anteriores consiguió goleadas abultadas frente al mismo rival, lo que demuestra que la remontada es posible. En cualquier caso, el margen de error es nulo. Cualquier fallo, por pequeño que sea, elevará de manera exponencial el tamaño de la gesta y amenazaría con arrojarlo todo por la borda. Un riesgo que habrá que minimizar jugando con el reloj y sin olvidar el calor de una grada que hoy debería presentar el aspecto de las grandes galas. La necesidad forzará al Palma a salir con una mentalidad ofensiva para marcar e ir recortando terreno. Pero sin perder de vista en ningún momento que cualquier otro gol en contra supondrá una losa que podría resultar letal y definitiva.

La grada también está preparada para jugar. El Palau necesita una noche mágica y que se reedite esa comunión entre el equipo y los aficionados. Pensando en eso, el club, con la colaboración con el Consell de Mallorca, ha organizado una gran diada con actividades infantiles, juegos, pintacaras y música en directo para que este sábado se viva una gran fiesta para todos los aficionados. Cualquier detalle cuenta. Sin apenas tiempo para digerir esa goleada que lo ha puesto todo patas arriba, futbolistas y cuerpo técnico han trabajado en el plano psicológico para mentalizarse y convencerse de que están a tiempo de darle la vuelta a la eliminatoria. El vestuario, pese a la magnitud del golpe, no ha perdido un gramo de confianza por el camino y pretende sacarle brillo a su orgullo en este partido con dos fines: demostrar que lo del miércoles no fue más que un mal día y que quieren seguir soñando despiertos con la opción de llegar a la final y pelear por el título de liga. Antonio Vadillo podrá contar con todos los jugadores para la final. Todo o nada.

El apunte

Ambiente de partido grande

El Palma Futsal junto a Yates Mallorca y Camber Marine han puesto en marcha una campaña con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que culminará hoy sábado con el reparto de 4.000 banderas realizadas con material reciclado recogido del mar y de las costas de Mallorca. Una amplia representación de la plantilla participó en la limpieza de residuos de la playa de Can Pere Antoni, en Palma, junto a los alumnos del colegio El Temple para concienciar de la necesidad de eliminar los residuos que terminan en las playas y en el mar. Todos esos residuos se pueden reciclar y reutilizarse, por ejemplo, para diseñar banderas como las que se repartirán este sábado en Son Moix a partir de los residuos recogidos. Así se demuestra a la sociedad que reciclar sirve para no contaminar y que los residuos se pueden reutilizar. El club mallorquín quiere que Son Moix sea una olla a presión esta tarde consciente de la importancia que jugará su afición.