Melani Costa muestra sus medallas en Mundiales, Europeos y Copas del Mundo, en Son Hugo. | Julián Aguirre

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La natación balear despide a su gran figura. Y la española, a un referente dentro y fuera de las piscinas que deja, además de un palmarés excepcional, una huella imborrable en el deporte «que ha sido mi vida y me ha dado muchas de las cosas que tengo a día de hoy», asegura feliz una Melani Costa Schmid (Palma, 1989) que echará el cierre a cerca de dos décadas en la alta competición. Lo hará con 35 años y ante su gente, en el Campeonato de España Open que tendrá lugar del 18 al 22 de junio en Son Hugo, donde se decidirá el equipo olímpico español en París 2024.

Tres Juegos han visto nadar y brillar a la hoy nadadora del Palma, que debutó en Pekín 2008, rozó varias finales en Londres 2012 y formó parte de un cuarteto histórico para el deporte acuático balear en Río 2016, siendo junto a la baloncestista Alba Torrens y la ciclista Marga Fullana la deportista balear con más participaciones. Entre medias, su título mundial de piscina corta en Estambul 2012 en 400 metros libre, la distancia que en el Mundial de Barcelona 2013 la consagró y adornó un palmarés lleno de metales.

Melani Costa, con sus medallas internacionales. Foto: Julián Aguirre

Se va feliz, con una nueva vida por delante en la que sus ya finalizados estudios de Fisioterapia y su pasión por esta profesión le permiten mantener contacto estrecho con el mundo del deporte y mirar al futuro con ilusión tras muchos años en el agua. «Ahora, me apetece más probar otras cosas», asegura durante un encuentro con Última Hora en Son Hugo, donde tantas horas ha pasado a las órdenes de Rafa Huete, su gran entrenador y confidente, y tantos éxitos ha cosechado.

Junto a ella, sus medallas; en Mundiales, Europeos, Universiadas, Campeonatos de España, Copas del Mundo, incluso de aquellos meses en Estados Unidos. «Son muchos recuerdos...», confiesa melancólica. «Quiero ser recordada como una luchadora, como una persona que siempre que se propuso algo lo logró, sin detenerse, mirando siempre al frente», comenta Melani, quien da nombre al pabellón de Calvià y, en este 2024, se suma a una lista de ilustres retiradas, como las de Rudy Fernández, Rafael Nadal o, más recientemente, Sete Benavides, entre otros. «Nos estamos yendo una generación muy especial, que esperemos haber dejado nuestro legado en la sociedad balear», añade la deportista.

Detalle de sus medallas y gorros de la selección española. Foto: Julián Aguirre

Llevaba tiempo preparando el terreno. Desde que se puso a estudiar Fisioterapia en la UIB y, meses atrás, pasó a tener su consulta. «He tenido suerte, pues cuando tuve la perforación de pulmón, pensaba que mi carrera se podía acabar... Fue el momento de estudiar, compaginándolo con los estudios. He ido de más a menos en la natación y, a la vez, de menos a más en mis estudios, graduándome y pudiendo trabajar», explicaba Costa, quien asegura que «es el momento perfecto, pues no voy a echar de menos el competir y me apetece aprender más sobre la fisioterapia».

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Melani no dejará del todo la piscina, aunque sí confiesa que «en cuanto lo deje, no nadaré en un par de meses. Porque me lo pide el cuerpo. Quiero salir a correr, hacer gimnasio... lo que nosotros decimos, entrenos en seco. Estaré un tiempo sin nadar, pero no es que me vaya diciendo que no volveré a una piscina, no. Simplemente, nos daremos un tiempo, como se dice ahora. A ver si nos echamos de menos (risas)».

Costa, tumbada con su larga colección de medallas. Foto: Julián Aguirre

Despedirse en casa, en Son Hugo, ante su gente, es un aliciente. «Nunca hubiera imaginado que fuera en Mallorca, en un clasificatorio olímpico en el que voy a participar con compañeros con los que he compartido Juegos, Mundiales y Europeos. Me podré despedir ante y con ellos, y les pasaremos el testigo, porque ahora les toca a ellos echar el resto en el final de ciclo», explica Melani.

De todos estos años de carrera en lo más alto, recuerda especialmente lo que fue el Mundial de Barcelona, «también en casa, por la medalla... pero siempre recuerdo con cariño mis primeros Juegos en Pekín, clasificándonos también en Son Hugo y pudiendo estar con mi entrenador, Rafa (Huete)». También recuerda el último viraje del 400 en la final del Mundial de Estambul, «donde me sentía muy bien y muy fuerte».

Y la cuenta pendiente de Melani: una final olímpica. «Ser dos veces novena en Londres fue duro... por nada me quedé fuera y me quedo con la pregunta de qué podría haber conseguido si hubiera nadado una final allí», comenta Melani, para quien la natación «me lo ha dado todo». «Veo a mis compañeros del cole, con una vida totalmente diferente a la mía, y no la cambiaría. He sabido gestionar mi tiempo, más tarde que temprano, tengo una carrera universitaria con un futuro y trabajo; he podido comprarme una casa... es verdad que el deporte es sacrificado y precario económicamente en los minoritarios, pero al final, poco a poco, como una hormiguita, he hecho mi camino. Me he perdido muchas cosas, pero ha valido la pena, no lo cambio echando la vista atrás», relata la multicampeona y plusmarquista nacional.

Melani
Melani Costa, mostrando sus medallas internacionales. Foto: Julián Aguirre

El capítulo de agradecimientos tiene dos focos muy bien delimitados: «mi familia y mis entrenadores, lo han sido todo». Recuerda que sus hermanos y sus padres «siempre han estado ahí, además de mis amigos, aunque algunos van y vienen, al igual que mis parejas, que me han aguantado cuando me iba». Y también tiene palabras de recuerdo para quienes han ayudado a Melani Costa a ser una nadadora estelar. «Todos. Desde Chus en el club (CN Palma), David, Rafa Huete que es como mi segundo padre; luego Gregg Troy, Jordi Murio que me enseñó mucho; Casti, que me ayudó a controlar mis habilidades, Bart (Kizierowski) y, volviendo a Mallorca, además de Rafa, Mimar (Serra) que me está ayudando en la recta final de mi carrera».

Ahora, Melani Costa se prepara para su última competición. De nuevo defendiendo los intereses del Club Natación Palma y buscando cerrar con buen sabor de boca una trayectoria ejemplar y que permitió a la natación balear tener una referencia peleando con las mejores del mundo.