Marco Tapia posa a su llegada a Son Sant Joan con los familiares y amigos que le acompañaron en Cheste. | Laura Becerra

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He sentido una felicidad inmensa», confesaba horas después de coronarse campeón de Europa de Stock 600 un Marco Tapia (Palma, 2007) que, con 15 años, presentó sus credenciales para seguir los pasos de Izan Guevara, Augusto Fernández, Joan Mir y compañía. «El objetivo es el Mundial, como todos quieren, pero la idea es estar aquí, en Moto2 o Stock dos años y prepararme para estar listo si llega la ocasión», explicaba el piloto mallorquín, que estudiará con su gente las propuestas para un 2023 al que llegará ganándose el respeto de la parrilla.

Alumno de cuarto de ESO en el IES CTEIB, Tapia este lunes quiso compartir su éxito con sus compañeros de la Escuela de la Federació Balear de Motociclisme (FBM), destacando la gran cantidad «de felicitaciones que he recibido de mucha gente, pero especialmente desde Mallorca», agradeciendo la dedicación y consejos de Miguel Ángel y Ángel Poyatos, «dos grandes profesores que ayudan a que tengamos muchos referentes en la Isla», refiere el piloto, que recuerda la carrera final de Cheste «con mucha emoción, aunque lo teníamos de cara», admite.

Eso sí, al ver a su máximo rival por el Europeo de Stock 600, Álex Ruiz, fuera de carrera, «sabía que lo tenía en mi mano y era importante estar tranquilo, gestionar la carrera. Es algo que me ayuda a aprender de cara al futuro», prosigue el piloto del easyRace Team, emocionado por la presencia de familiares y amigos en la celebración en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste. «Fue bonito tenerles allí, son la gente que siempre está conmigo y en un día así, lo hizo más emotivo todavía», dice un Marco Tapia para quien las últimas vueltas de la manga final de Cheste, «fueron especiales, pues sabía que era campeón y tenía que controlar las emociones», algo que logró para festejar otro gran éxito del laureado motociclismo balear.